OVIEDO. En la lucha por la etapa brilló en la niebla otra perla del ciclismo francés, Kenny Elissonde, capaz de ascender en solitario el Angliru y de mantener la ventaja sobre sus perseguidores. Ajeno a la batalla entre los favoritos, pedaleó con fe hasta cruzar la meta con un tiempo de 3h.55.36. Lo hizo llorando, porque "nunca hubiera pensado ganar aquí".
Elissonde, de 22 años, fue el mejor entre los componentes de la escapada del día y alcanzó su sueño de estrenar su palmarés en una grande, y además con una etapa mítica. Era la cuarta victoria francesa en la Vuelta.
En la lucha de los favoritos, Horner volvió a demostrar superioridad. En un duelo titánico con Nibali atacó a 1.5 kilómetros de la cima y se marchó sin compañía, buscando la estela de Elissonde, pero llegó finalmente a 26 segundos del francés.
Nada pudo hacer Nibali, que vendió cara su derrota. Atacó hasta en seis ocasiones en las rampas del Angliru, Llegó a abrir hueco, pero no hubo forma de soltar a Horner. "No había manera con él", admitió el ciclista siciliano. El "Tiburón de Mesina" se conformará con la segunda plaza.
Alejandro Valverde no entró en la batalla entre ambos. Llegó a descolgarse, pero el murciano hizo la goma hasta alcanzar a Nibali, con quien entró en meta a 54 segundos del ganador y 28 de Horner. Suyo es el tercer escalón del podio.
Purito Rodríguez lo pasó peor. En las últimas rampas el catalán se quedó sin combustible y se agarró a un ritmo cómodo que le permitiera conservar la cuarta plaza. Perdió 51 segundos con sus rivales directos.
El Angliru decidió la Vuelta. Horner, a punto de cumplir 42 años, logrará su primera grande. La rebelación y sorpresa de la carrera, a su edad. Una jornada de batalla entre la niebla en el puerto asturiano. Entre las nubes salió de rojo el "abuelo", el campeón de la Vuelta.
Mañana se disputa la vigésimo primera y última etapa entre Leganés y Madrid, de 109 kilómetros.