Duración: 45:30 minutos de juego; 19:33 de juego real.

Saques: 2 de Martínez de Irujo (tantos 2 y 6).

Faltas de saque: Ninguna.

Pelotazos: 399 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 13 de Martínez de Irujo, 4 de Urrutikoetxea y 1 de Beroiz.

Errores: 4 de Martínez de Irujo, 1 de Urrutikoetxea y 6 de Beroiz.

Marcador: 3-1, 4-1, 6-2, 7-2, 7-3, 8-3, 12-4, 15-5, 16-5, 16-6, 17-6, 17-7, 18-8, 18-9, 19-9 y 22-9 .

Apuestas: De salida se cantaron posturas de doble a sencillo favorables a Irujo-Barriola.

Incidencias: Final del torneo de San Antolín de Lekeitio disputada en el frontón Santi Brouard. Llenazo. Juan Martínez de Irujo fue reconocido como el mejor pelotari del torneo.

bilbao. Cuando el pie derecho de Mikel Beroiz dejó de apretar el acelerador este verano, ayer en Lekeitio, fue cuando se llevaron una buena presa Juan Martínez de Irujo y Abel Barriola. Cazadores de tormentas. Porque el zaguero de Uharte, impecable casi siempre, tuvo en la final de los Sanantolines una tarde de nubarrones con agua, un día de esos que le hacen humano. No estuvo bien el joven zaguero navarro y eso es noticia, porque apenas falla y lleva un verano para enmarcar. Cayó quizás en una de las situaciones más complicadas, en un partido en el que tenía que llevar todo a buena para desmontar a un Abel que parece Dorian Gray y al genio de Irujo, que apareció por el Santi Brouard como la tormenta que después azotaría Bizkaia y que empezó dentro.

La premisa era clara para los azules: estar al cien por cien solo para tener opciones de competir ante dos adversarios de gran nivel. De hecho, Abel suma este verano tres finales y tres títulos y es uno de los nombres propios; mientras que Irujo acumula otros tantos entorchados: Cuatro y Medio Navarro, San Fermín y Lekeitio. Así las cosas, Beroiz hizo aguas desde el primer cartón y apenas dio a la pelota tal y como tiene acostumbrado al respetable. Sin altura, Irujo encontró una mina de oro para ponerse hasta arriba en un banquete de tantos, de esos que le gustan: gancho por aquí, parada por allá, un error en la búsqueda del no va más... Y Urrutikoetxea tratando de darle la vuelta al iberoarra. Estuvo valiente el zaratamoztarra, buscó el aire y no se arrugó, pero con Beroiz desactivado no tuvo apenas opción de seguir su ruta triunfal iniciada el lunes ante Aimar y Apraiz.

Las distancias se alargaron desde el 4-1 hasta el 12-4 y el 22-9 sin la oportunidad de que el zaguero de Uharte pudiera reinventarse: Abel cuando había batalla no cedía un ápice ni regalaba e Irujo esperaba con el rifle desde el dos. El partido se escapó sin chispa, pero Urruti dio buenas sensaciones. Crece.