Valdepeñas de Jaén

xavier Tondo murió en mayo de 2011 cuando salía a entrenar en Sierra Nevada en una mezcla trágica donde el infortunio fue el que más puso de su parte. Tondo era como esas mañanas soleadas de Andalucía. Todos recuerdan su luz, un brillo diferente en sus ojos, la sonrisa y muchas cosas más que hacen que más de dos años después de su marcha todavía siga por aquí. Tondo era catalán, de Valls, pero tenía mucho de andaluz, su alegría y manera de plantarse ante la vida, sin prisa, que las cosas ya vendrían a su tiempo. La suya, que no fue fácil -mira que le costó llegar arriba en esto de la bicicleta, nunca desistió y cuando alcanzó lo que soñaba y fichó por el Movistar se le acercó un día Eusebio Unzue y cuentan que le vino a decir encantado con el encuentro a ver dónde había estado todos estos años que no le había visto-, la pasaba muchas veces en Sierra Nevada, en su apartamento en altitud. Solo bajaba de ahí en bicicleta. Para entrenar. Y alguna tarde que otra en coche a Granada, al cine.

Se lo pasaba de película. Siempre en bicicleta. Un día de lluvia, niebla y frío a principios de 2011, Samuel, que había empezado a concentrarse en Sierra Nevada, no salió a entrenar pero se fue en coche a Granada a hacer algún recado. Cuando volvía, vio a un ciclista que subía entre la niebla. Al principio, de lejos, pensó que sería un cicloturista, un chalado. Luego, al acercarse, dudó. La figura estilizada, la ropa que intuyó era del Movistar, la bicicleta? Era Tondo. Se conocía cada rincón de Granada. Las cuestas, las bajadas, las fuentes? Le encantaba descubrir nuevas rutas. Así encontró Hazallanas.

Acababan de echarle asfalto sobre el camino de piedras cuando lo subió. Sería de los primeros. Luego, se lo contó a los demás. A José Ángel Maté, que es de Marbella, de la costa, pero a veces se subía con Tondo a Sierra Nevada. "Él me lo enseñó", recuerda el andaluz. A Javier Guillén, director de la Vuelta, le hablaron de otra subida interesante por esa zona y fue visitarla pensando en un final de etapa duro y decisivo para la Vuelta de 2013. Buscando por ahí llegó a un cruce, vio una carretera estrecha que subía y se metió. Acababa de descubrir Hazallanas, el puerto por el que Tondo había subido el primero.

Lo incluyó en el menú de la Vuelta. Y lo situó como epílogo del tríptico andaluz, hoy mismo. "Realmente es cuando empieza la montaña dura", advierte Valverde como si recordase que los cuatro finales en montaña que ha habido hasta ahora no han sido tan relevantes o, al menos, no como para marcar distancias aunque le hayan permitido a él, y a Purito, acercarse a Nibali después de la ventaja que tomó el italiano en la crono por equipos de Sanxenxo. "Va a ser una etapa bastante más exigente que las anteriores y veremos cómo responden las piernas", prosigue el murciano, que aún no se ha destapado en la Vuelta como lo ha hecho, por ejemplo, Dani Moreno, líder de la carrera y delfín de Purito en el Katusha. "Pero queda mucho", advierte el madrileño. "Ahora, por ejemplo, yo estoy fuerte, pero la última semana se le puede hacer larga a cualquiera. Es dura. Ellos -Valverde, Purito, Nibali, Basso?- son fondistas y todos los días lo demuestran", prosigue Dani Moreno, que coincide con Valverde en señalar Hazallanas como un punto culminante de la Vuelta. "Será diferente a lo que hemos visto hasta ahora. Habrá diferencias de verdad. A mí me viene bien, pero también a Basso y a otros hombres que se defienden bien en puerto largos".

Lo es Hazallanas.16 kilómetros al 5% con rampas máximas del 18%. Y, más complicado aún, llega después de subir Monachil, que es duro y tiene una bajada peligrosa donde Valverde perdió una Vuelta con Vinokourov, la de 2006. Al final del descenso se afronta la primera rampa de Hazallanas por un pasillo estrecho. Luego, se sube muy alto. Hasta los 1.650 metros. Más cerca que nunca de Tondo.