barcelona. Un partido decisivo en el Camp Nou definirá esta noche (23.00 horas) el campeón de la Supercopa entre el Barcelona y el Atlético de Madrid, con la presencia del argentino Lionel Messi en el once azulgrana para medirse al competitivo conjunto rojiblanco, que desafía la condición de favorito del rival.

La final mantiene toda la emoción tras el partido de ida, resuelto con un empate a uno en el estadio Vicente Calderón y con mejores sensaciones para el Atlético que para el Barcelona, que podrá disponer de Messi, ya recuperado de la lesión que provocó su sustitución hace una semana y su baja del pasado domingo en Málaga.

El argentino, quien se retiró lesionado en el partido del Calderón con un hematoma intramuscular producido por un golpe en el bíceps de la pierna derecha, se ejercitó el lunes con total normalidad. El Barça intentará hacer valer el 1-1 de la ida y levantar su undécimo título de la Supercopa con un once muy similar al que jugó hace siete días en el Calderón, pero con algunos cambios respecto al equipo que disputó el último partido de Liga.

Así, además de Messi, volverán al once Dani Alves y Sergio Busquets, a quienes Martino dio descanso contra el Málaga. Y también podría estrenarse como titular el brasileño Neymar Da Silva. Con sus últimas apariciones, en las que ha exhibido un gran nivel, Neymar ha demostrado estar sobradamente preparado para asumir la titularidad. De producirse hoy, Pedro Rodríguez o Alexis Sánchez empezarían como suplentes.

La entrada de Messi también podría dejar fuera a Cesc Fàbregas, aunque no se descarta que Martino retrase al jugador de Arenys de Mar, que se encuentra en un gran momento de forma, y siente en el banquillo a Andrés Iniesta, muy apagado en este inicio de temporada. Mantener la presión arriba e imprimir una mayor velocidad en la circulación del balón serán dos de las claves para que los azulgranas puedan llevarse el partido.

Enfrente estará el Atlético, que ha comenzado a tope la temporada. El 5-0 al Rayo, que completó el mejor inicio de Liga de su historia, junto al de la temporada del doblete de 1995-96, confirmó su buen momento, tras el gran partido de ida frente al Barcelona o la victoria en la primera jornada contra el Sevilla.

Simeone asume la condición de favorito del rival pero tampoco renuncia a nada, consciente de que su equipo tiene herramientas suficientes para competir.