VITORIA. Hace cosa de un mes que Euskaltel anunció a sus corredores que era mejor que empezasen a moverse para buscarse un futuro en el ciclismo porque el del equipo vasco, tras 20 temporadas de vida, no tenía buena pinta y por ello ofreció a los corredores con contrato más allá de 2013 la carta de libertad que les permitiría fichar por cualquier otra escuadra sin trabas. Ahora que algunos con ofertas la han solicitado por escrito, que es lo que único que cuenta, Euskaltel les ha pedido que esperen un poco, que aguanten, porque algo tienen y por algo luchan, dicen, hasta que se agoten todos los plazos. Ese algo sería alguien, Oleg Tinkov, quizás la única posibilidad que mantiene viva la esperanza para la supervivencia de la estructura.

Tinkov, el magnate ruso que se subió al capitalismo tras la desaparición de la URSS con una empresa cervecera que le hizo multimillonario, copatrocina desde la Vuelta del año pasado al Saxo Bank de Bjarne Riis y Alberto Contador -el servicio militar truncó de joven su carrera ciclista y en 2007 montó su propio equipo ciclista, el Tinkoff-, pero tras el Tour se enfrentó al madrileño, al que criticó diciéndole que no se esforzaba tanto como cobraba, y anunció que abandonaría ese proyecto al final de esta temporada. Desde entonces, busca un maillot para estampar el nombre de su banco, en Tinkoff Bank.

No le han faltado propuestas. Desde Italia, su abogado, Stefano Feltrin, asegura que maneja cuarenta proyectos de cara a la próxima temporada -desde la categoría continental hasta el World Tour- y que aún no descarta ninguno de ellos. Uno de los que tiene sobre la mesa es el de Euskaltel. La empresa vasca de telefonía que gestiona el equipo y el magnate ruso ya se han puesto en contacto y han hablado de sus pretensiones.

La idea de Tinkov es tener un proyecto en propiedad con, al menos, cinco años de recorrido. Y Euskaltel, que busca una salida porque considera inviable asumir siete de los nueve millones del presupuesto del equipo, le vende esa posibilidad. Una estructura hecha con licencia World Tour para las próximas tres temporadas, que es en lo que más interesado está Tinkov. En la operación, de todas maneras, no valora el ruso la posibilidad de adquirir toda la estructura. Eso está descartado. Tinkov compraría la licencia, es posible que entren en el intercambio los coches y los autobuses, quizás los contratos de algunos corredores que considera interesantes -de ahí la negativa de Euskaltel a conceder de momento la carta de libertad a los que las han solicitado-, algunos auxiliares, mecánicos o masajistas y algún director, pero su intención sería crear un proyecto distinto, propio, nada que ver con lo que ha sido hasta ahora el equipo vasco. De hecho, la sede de su nuevo proyecto, sea cual sea, se ubicará en Italia, posiblemente en la Toscana.

a finales de agosto De eso han hablado Tinkov y Euskaltel, pero no han llegado a ningún acuerdo porque el ruso estudia decenas de proyectos en los que invertir su dinero. De momento, no ha tomado ninguna decisión -incluso valora la opción de seguir vinculado al equipo de Riis- que ha pospuesto para después de las vacaciones que alargará hasta la próxima semana. Por tanto, no se decantará por una opción u otra hasta finales de agosto, que es el plazo que se ha dado Euskaltel para encontrar una salida a su fallido proyecto ciclista. Será durante la primera semana de la Vuelta que Tinkov visitará para decidir allí mismo si le compra el equipo a Euskaltel.