La derrota cosechada ayer viernes en Montilivi por el Deportivo Alavés ha dejado un regusto amargo a los aficionados albiazules. El encuentro estaba destinado a conseguir un resultado positivo mientras se iba configurando completamente el equipo todavía sin el total de efectivos. Como la plantilla no está aún completamente definida, falta alguna contratación más en defensa y en medio campo, se esperaba que los actuales componentes pudieran salvar las primeras jornadas de liga mientras llegan los últimos refuerzos o algunos de los que están se ponen a tono.
Me imagino que habrán seguido de cerca la pretemporada de este incompleto Alavés, la corta preparación (este año ha sido menor de lo habitual pues se ha comenzado antes de lo acostumbrado), sus resultados y la llegada espaciada de los nuevos miembros. Este breve periodo se ha utilizado, como siempre, para darle al jugador la fuerza física necesaria para afrontar adecuadamente el año que se avecina. Y lo primero que se hace en una pretemporada es evaluar al equipo y a sus jugadores para saber en qué condiciones han venido (demasiados con lesiones importantes a sus espaldas o en malas condiciones físicas por estar excesivo tiempo sin competir) y cómo se encuentran después (algunos, todavía, bastante mal).
En este espacio preparatorio, los albiazules han jugado seis encuentros, concentrados en dos semanas, ante equipos de poca enjundia. Y en casi ninguno ha demostrado ser superior al rival. Ha faltado algún choque ante algún adversario de igual categoría o superior para ver realmente cuál era su potencial. Por lesiones, por su mala condición física, o por falta de elementos, el entrenador no ha podido presentar el equipo que hubiera deseado en ningún encuentro, contando el de ayer. La demarcación que más lo ha sufrido ha sido la defensa (salvo el lateral derecho) donde han participado jugadores que no serán titulares en competición oficial en condiciones normales.
Este año toca armarnos de paciencia en cuanto a la diversidad de horarios se refiere, algunos intempestivos como el de ayer. Si la memoria no me falla, el anterior encuentro de competición oficial disputado en viernes por el Alavés fue el 11 de mayo de 2001 ante el otro Dépor. La razón fue bien distinta a la de ayer. Entonces la causa fue que el miércoles siguiente jugaba el Alavés la final de la UEFA. En aquel encuentro, con todo hecho en liga y la cabeza puesta en Dortmund, se perdió por 2-1. En este, en el inicio del curso, ha vuelto a perder por la mínima ante un equipo vulgar en un encuentro más anodino todavía.
En fin, la derrota ante el Girona en la noche de ayer en el primer encuentro de la temporada tiene el peligro de hacer pensar que el equipo es peor de lo que en verdad es, o que puede rendir siempre a un nivel inferior. Habrá que recordar que no hay que caer en esa tentación pues a veces las pretemporadas engañan y pueden hacer parecer a los equipos peor o mejor preparados de lo que realmente están.