S I la situación es complicada entre los profesionales, imagínese en aficionados", relata Jesús Mari Rubio, responsable del torneo privado de pelota a mano con más solera del panorama vasco: El Antiguo. Apela al último curso de la Liga de Empresas, en la que tanto Aspe como Asegarce, con apenas un mes de diferencia entre una y otra empresa, hicieron público que era prácticamente imposible seguir manteniendo los sueldos actuales y que tenían que reajustar los contratos de toda la plantilla -desde pelotaris a personal no deportivo- por "un descenso progresivo de ingresos como consecuencia de la crisis económica". Este mismo mes de julio, que aunque nunca ha sido un mes tan bueno como agosto en materia de festivales, apenas ha tenido más actividad que la protagonizada por los primeros espadas y el tradicional San Fermín. Además, como acicate para las promotoras profesionales, la televisión, uno de sus sustentos, tiene que negociar de nuevo los contratos y apunta a que habrá reducción de gastos.
Con este panorama en la punta del iceberg, la zona con mayor relumbrón, desde la base se viene trabajando con fuerza por capear el temporal con problemas monetarios similares y menores ingresos. Los torneos privados, escaparate de las estrellas del futuro, viven haciendo equilibrismos por encontrar el punto exacto entre lo atractivamente deportivo y lo económicamente viable. Mientras que las Federaciones territoriales y la Vasca se encuentran recibiendo también recortes. El torneo de Mungia, el de El Antiguo de Donostia y el Santo Cristo de Otadia de Altsasu son tres de los más longevos y con mayor relumbrón dentro del panorama privado. Olaizola II, Barriola, Bengoetxea VI, por citar algunos de los más llamativos, han pasado por sus canchas.
Torneo de El antiguo
Descenso de más del 25%
El torneo de El Antiguo donostiarra vive la pelota desde hace 69 años y 64 ediciones. Es el campeonato más viejo de todos los que se disputan. Además, las características del barrio, que respira pelota en verano, le transforman en una cita especial. Aun así, según explica Rubio, la economía no perdona ni a los más asentados. "En comparación a hace unos años, nuestro presupuesto se ha reducido más de un 25%", relata. "Nuestro torneo vive de las aportaciones de comerciantes y lo que aporta la administración pública es minoritario", sostiene Rubio, que apostilla que "por ello luchamos en dos frentes: ingresar para no reducir el presupuesto y reducir gastos". Control milimétrico de las cuentas. De hecho, una de las consecuencias es netamente deportiva: eliminar una categoría, la de sub'22. "Así pasamos de 72 a 48 pelotaris, con lo que ahorramos en gastos de dietas y premios. Estamos en una economía de guerra, espartana", confiesa.
"Nos hemos estrujado la cabeza para variar protocolos: sustituir colaboradores, organizar rifas...", manifiesta Rubio, quien desea puntualizar que "el descenso viene desde hace cuatro o cinco años y la Administración no nos ha hecho mucho daño con los recortes, porque no supera el 20%, pero hay que valorar que llegó a aportar un 80% hace mucho tiempo. La escuelas sí que necesita el dinero. Lo mejor es que la gente viene".
Torneo de Mungia
Cambiar de sistema
El torneo en Bizkaia que más años lleva en activo es el de Mungia, que soplará las 60 velas el curso que viene. "El precio total del campeonato ha bajado en los últimos años progresivamente", concreta Egoitz Ojinaga, quien confirma que "de hecho, hemos tenido que descender el número de parejas que compiten poco a poco. Ahora solo contamos con diez". Existen unos costes fijos en la preparación: jueces, pelotaris, seguros... Que suben el desembolso total del torneo, por lo que desde Mungia se especula con dar un pequeño golpe de timón al tema de premios. Aún es una idea. "Hemos pensado en cambiar la dinámica y, en vez de pagar dietas por partidos, dar un jugoso premio final", manifiesta Ojinaga, que cuenta que "desde hace cinco o seis años ha ido descendiendo la colaboración de sponsors por la situación actual. Antes, si se iba uno, podías conseguir a otro. Ahora, es más complicado, porque si se van los que aportan un tanto por ciento elevado es casi imposible sustituirlos". Ahorrar es clave, pero aún no optado por las rifas. Por otro lado, explica Egoitz que esta crisis no tendrá peaje competitivo, pero sí que "tiene que enseñar cómo ahorrar. El problema está en infantiles, donde no salen tantos chavales".
santo cristo de otadia
De siete jornadas a tres
En Nafarroa, el torneo con más solera es el Santo Cristo de Otadia que organiza el club de Altsasu de pelota. Los recortes han pegado fuerte en una región tremendamente tocada por la crisis económica. La Sakana navarra ha visto cómo el paro se triplicaba desde 2008 -y la cosa va a más- y empresas que daban trabajo a los habitantes del valle como Gamesa, Arfe, Igartex, Inasa o Fluitecnik han tenido que echar el cierre con las consecuencias que ello provoca. Florencio Aiestaran, actual responsable, desvela que "en los campeonatos privados está afectando mucho la crisis económica. Al final, lo que mueve a la gente es Don Dinero". De hecho, para esta edición, la número 44, que se dice fácil, la reducción económica se observa en el hecho de que el Santo Cristo haya quedado cercenado de siete jornadas a solamente tres. "Solamente podemos contemplar un torneo con dos semifinales y final. En los últimos cursos hemos visto que en las primeras rondas no había demasiada expectación. El público empieza a acudir desde la tercera jornada", relata Aiestaran. Y es que, si no hay tela en el bolsillo del ciudadano, mucho menos puede gastarla en ir a ver pelota aficionada, aunque sea de calidad. "Hacer el torneo, realmente, no cuesta, pero si no hay manteca es difícil movilizar a la gente: tanto pelotaris como público", concreta.
La principal receta para ahorrar es "jugar con la entrada". "A mí me gustaría dar más dinero a los pelotaris, pero no es posible. Lo que hacemos son rifas de productos y si la gente acude suele salir muy bien", manifiestan. El golpe apareció hace un par de cursos, desde que la gente empezó a faltar a la cita y se resintió todo. El Santo Cristo se juega este mes y por él han pasado muchos de los profesionales de la actualidad.
Economía espartana
La coyuntura económica actual está pasando factura a los torneos privados de aficionados más longevos del panorama que se reinventan cada año
Este año, la reducción deportiva en Altsasu ha sido enorme: de siete a tres festivales
"Las aportaciones de los patrocinadores han decaído mucho", coinciden preocupados
"Hemos tenido que pasar de 72 a 48 pelotaris para cuadrar el torneo", relatan en El Antiguo
"Una opción puede ser la de cambiar la manera de premiar a los pelotaris", declaran desde Mungia