vitoria. colombiano de nacimiento y afincado desde hace casi una década en Gasteiz, el púgil Nacho Mendoza (30-09-1983) está estos días de enhorabuena. Tras largos años entrenando e infinidad de horas invertidas en el gimnasio, el pasado sábado 20 de julio Natxo se alzó con el título de campeón intercontinental del peso súper ligero, al derrotar en Alemania al argentino Ramón de la Cruz Sena. El cinturón de campeón pesa y mucho, pero más pesa en su currículo el campeonato recién obtenido, como él mismo atestigua: "Para mí es el reto más importante logrado en mi carrera, es un título muy importante y hay muchos boxeadores que entrenan muy duro para conseguirlo. Yo he tenido la suerte de poder lograrlo".

Sin embargo, no se muestra para nada conforme con lo conseguido hasta ahora y quiere más. "El cinturón es una motivación más para lograr lo que quiero, mi gran ilusión, que es ganar un título mundial y si es en el País Vasco, mucho mejor", declaró. Palabras llenas de ambición para alguien que, además, ha interiorizado muy bien el sentimiento euskaldun y se siente uno más desde hace tiempo. ¿Algún rival en mente? No se anda por las ramas: "Me gustaría enfrentarme al que es ahora mismo actual campeón del mundo de la mi categoría, el americano Lamont Peterson. Quiero pelear con él algún día y ser el nuevo campeón del mundo".

Nacho es ambicioso, aunque no por ello deja de tener los piés en el suelo. Como bien nos confiesa humildemente este soldador de profesión, el boxeo no le reporta de momento lo suficiente como para sobrevivir, y además de entrenar trabaja ocho horas diariamente para poder ganarse el pan. De origen modesto, este sananterano de 29 años porta los valores del deporte en las venas, ya que su padre fue boxeador, y más tarde entrenador, antes que él. Nacho continuó con la labor comenzada por su progenitor, no sin antes plantearse su futuro en varias ocasiones. "Antes jugaba también a béisbol, que era mi deporte favorito, pero llegó un momento en el que no pude dedicarme a los dos y tuve que elegir. Tan solo seguí la rama familiar. Mi padre me inició en ello, fue quién me aficionó al boxeo y me dió la ilusión de dedicarme de lleno a este deporte", indicó.

El gasteiztarra entrenó muy duro bajo los consejos de su progenitor, y lentamente fue quemando etapas en su Colombia natal. "Al principio fui a los Juegos Nacionales, después completé todo mi ciclo amateur y a los 17 años debuté en profesionales", explicó. Fue precisamente en ese instante cuando el púgil decidió que quería dedicarse de lleno a la práctica del boxeo: "Vi todo lo que iba consiguiendo a nivel amateur, que en las categorías inferiores iba consiguiendo más y más logros y pensé que tenía que intentarlo, ¿por qué no?". Poco después de debutar en profesionales en su país y maravillar a los aficionados del lugar, Nacho vió cómo el cielo se abrió ante él: "Cuando me salió una oferta para venir a Europa no pude dejarla marchar". Por supuesto que no la dejó ir y vaya si la aprovechó.

Tras dos años en Madrid, como él mismo confiesa "algo complicados", el jóven boxeador conoció al que ha resultado ser su mecenas en todos estos años de camino al estrellato: "Allí me encontré con (José Luis) Celaya, mi preparador. Él me ofreció algunos combates, le gusté y desde entonces decidí quedarme aquí". Nueve largos años han pasado ya desde entonces y pocas han sido las ocasiones en las que Mendoza ha faltado a su cita diaria con el Gimnasio Gasteiz Sport, dirigido por su preparador, convertido en hogar y santuario del púgil.

Nacho tiene ahora ante sí la oportunidad de llevar su nombre a lo más alto en el mundo del boxeo, de encumbrar tanto a Colombia como a Euskadi y llenar de gloria el camino que en su día comenzó su padre. El próximo 18 de septiembre defenderá el cinturón Intercontinental del peso súper ligero ante el turco Selcuk Aydin, a quien define como "un gran golpeador, de gran potencia". En el horizonte, el Campeonato Mundial, por el que sin duda algún día peleará el boxeador vasco.

Nacho Mendoza y José Luis Celaya, la imparable dupla que arrastra ya nueve años de duro trabajo. Foto: José ramón gómez

"El cinturón es una motivación más para lograr lo que yo quiero, mi gran ilusión, que es ganar el título mundial"

"Cuando me salió una oferta para venir a Europa no pude dejarla marchar"

Nacho mendoza

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