El recorrido del circuito, la belleza de los parajes que recorrieron los 650 inscritos y un público completamente entregado a la causa volvieron a estar a la altura de lo esperado y así lo pusieron de manifiesto los protagonistas al término de una prueba que ha dejado alrededor de dos millones de euros de ingresos. Después de albergar hace un año el Mundial de larga distancia, la llegada de la primera Challenge de la historia en el País Vasco consolida a Vitoria como una de las capitales de esta modalidad apasionante que cada vez cuenta con más adeptos.
Tras casi nueve interminables horas que se hicieron eternas por el sofocante calor reinante -superior por momentos a los 30 grados- y, sobre todo, el fuerte viento que presidió la Challenge durante el sector de la bicicleta, Pedro Gomes se encontraba exhausto pero también rebosante de felicidad. El luso acababa de conquistar el primer triunfo de prestigio fuera de su país y, por ello, le invadía un sentimiento especial de alegría. "Me he encontrado bien en líneas generales, aunque en la natación era complicado dar la vuelta a las boyas. He perdido tiempo en el agua, pero luego pude recuperarlo con la bicicleta", se congratuló el lisboeta, que ya estuvo presente sin excesiva suerte en la capital alavesa en el Campeonato de Europa celebrado en 2011.
Durante los más de 42 kilómetros de que consta la maratón, Gomes se resistió a bajar el ritmo, ya que, según apostilló, "sabía que Santamaría podía venir por detrás en cualquier momento". Tras su participación hace tres semanas en el prestigioso Ironman de Frankfurt, ha aterrizado en la capital alavesa en un dulce estado de forma para mostrar una nítida superioridad sobre sus oponentes. "Recuperarte de una competición así no es fácil, pero mi cuerpo había recuperado las energías. Venir a Vitoria en buenas condiciones se había convertido en uno de mis objetivos para esta temporada. He disfrutado especialmente en la maratón y es una felicidad ganar delante de este público tan entregado", explicó Gomes, quien a sus 29 años confía en seguir la racha de éxitos pese a la enorme competencia. "Es difícil ganar carreras enfrentándote a triatletas como Eneko Llanos, por eso lo que estoy viviendo hoy -por ayer- es muy grande", precisó.
Alejandro Santamaría, segundo en la línea de meta, también se deshizo en elogios hacia los encantos de la prueba vitoriana. "Lo he pasado mal y se me ha hecho largo. La maratón ha resultado especialmente durísima y Carlos -el tercero- me lo ha puesto complicado. El triatlón es mi pasión y mi modo de vida. Se me han puesto los pelos de punta en varios tramos. Vitoria siempre se vuelca con nosotros", enfatizó alguien que se ganó el corazón y el cariño de los gasteiztarras con su entrañable simpatía.