¿Siente que se ha convertido en un referente para muchas personas tras ser diagnosticado de esclerosis múltiple a los 22 años y aun así competir al más alto nivel?

No, realmente lo que siento es alivio por los nuevos diagnosticados. Un alivio que yo no tuve. Cuando a mí me diagnosticaron la enfermedad hace 16 años y me limitaron el deporte me volví loco buscando a una persona que hubiera roto esta regla, pero no la encontré. Me he convertido en la persona que busqué pero que nunca encontré, y me siento feliz de poder aportar a todas los nuevos diagnosticados de esclerosis múltiple una referencia diferente hacia la enfermedad, ya que nos solemos fijar siempre en lo peor.

¿Tardó en decidir que iba a centrar su vida en el deporte desde que le diagnosticaron la enfermedad?

La verdad es que jamás me planteé ser un deportista de alto nivel, siempre he buscado en el deporte la satisfacción, nuevos retos para disfrutar, mejorar y avanzar. Desde que tenía 7 años y me empeñaba en cronometrar mis tiempos en circuitos y tratar de hacerlos siempre mejor, algo que extrapolo al resto de mi vida. La esclerosis múltiple es una enfermedad muy caprichosa que no te da opción a planificar algo a largo plazo. Siempre pienso que todo lo que puedas hacer hoy, hazlo hoy.

¿Qué le diría a alguien que acaba de recibir la misma noticia que usted?

Que no se quede mirando cómo pasa la vida. Actualmente hay muchos medicamentos moduladores que te ayudan a tener mayor calidad de vida que la que en un principio se piensa. Soy consciente de que al principio resulta complicado asumir una enfermedad que actualmente no tiene cura, con una dinámica degenerativa y progresiva en el tiempo, pero hay que asumir la situación, adaptarse, tomar las riendas de tu vida y pelear por lo que quieres.

Vuelve a Vitoria para participar en la Challenge, aunque ya ha disputado aquí dos triatlones.

La primera vez que competí en Vitoria fue después de un periodo parado debido a la enfermedad. Para mí fue un gran reto pensar en volver a competir después de dos años y con 107 kg. La anécdota de aquella prueba es que, como prácticamente no había corrido a pie, llegué al primer kilómetro y me dije "Diego? estás muerto". Pero como se trataba de acabar a costa de lo que fuera me dije "bueno? voy a dar tres vueltas a este circuito y se acabó". Y acabé, pero hecho un auténtico escombro. Ahí me prometí volver a Vitoria siempre que pudiera, y así fue. En el 2012, esta vez en buen estado de forma, estaba en la línea de salida para participar en el Campeonato del Mundo de Larga Distancia, donde bajé mi marca 42 minutos. Para mí, la verdadera integración es medirme con todos por igual.

Su próximo objetivo tras la prueba de Vitoria es disputar el Decaironman en Italia. ¿Siempre intenta buscar un nuevo reto cada vez mayor con el que superarse?

Sí, serán diez ironman en diez días. Realmente ya no buscaré un nuevo reto mayor. El Decaironman es el final de un trayecto de 16 años conviviendo con la esclerosis múltiple. Para mí poder participar después de este tiempo es un resarcimiento, un golpe en la mesa contra la esclerosis múltiple. Para mí, es un pulso personal que ya he ganado.

Es usted un ejemplo para muchas personas y deportistas. ¿Quién es un ejemplo para usted?

Juanjo Méndez y Raquel Acinas, del Club Génesis Cyclyig Team. Juanjo perdió su pierna y brazo izquierdo en un accidente y es el reflejo de lo que es capaz de hacer el ser humano si se lo propone. A Raquel le falta una pierna, pero le sobra alegría y sonrisas para todo el mundo. Es una persona que transmite vida. Tienen toda mi admiración y respeto.

¿Qué opina alguien como usted, que representa los grandes valores del deporte, de casos como el del doping de la triatleta Virginia Berasategui?

Virginia ha sido y es un referente en el mundo del triatlón, con esto quiero decir que gracias a ella muchas personas han conocido este deporte y su aportación determinante para la situación del triatlón que ostenta actualmente. Nadie puede hacer desaparecer el camino que ha recorrido en este deporte. La vida de un deportista de elite es extremadamente complicada. Muchos deportistas quieren estar al 100% toda su vida, para mantenerse arriba, pero la vida pasa... y cuando pasa el nivel de rendimiento baja. La naturaleza nos ha hecho así y no se puede permanecer toda la vida en la cresta de la ola. El doping es un reflejo de la sociedad en la que vivimos, no es el primer deportista ni será el último, nadie es perfecto, pero las normas están para cumplirlas y por tanto deberá asumir la sanción correspondiente.

Compagina su trabajo y la práctica del deporte con la concejalía de Medio Ambiente en Aranda de Duero. ¿Qué le llevó a la política, un mundo que ahora se percibe un tanto alejado de los valores del deporte?

Es más fácil criticar que hacer. Creo que en los momentos difíciles se nos llena a todos la boca de críticas facilonas y jocosas que no resuelven absolutamente nada. Viendo esto fue cuando se me presentó la oportunidad de poder aportar algo a mi localidad y como experiencia vital decidí hacerlo durante una temporada, puesto que no creo en la política continuista. Pienso que hay que entrar, intentar aportar lo positivo que se pueda y dejar paso. Si fuéramos todos al incendio con un vaso de agua en vez de gasolina, probablemente lo controlaríamos mejor.