FRANCIA. Es la segunda victoria de Kittel en la centésima edición del Tour de Francia, tras la que logró en la primera etapa, lo que le valió vestirse con el primer amarillo.

El ciclista germano se impone momentáneamente como el más rápido de la edición y superó a los otros tres ganadores de llegadas masivas, su compatriota André Greipel, el británico Mark Cavendish y el eslovaco Peter Sagan.

Es la décima victoria del 'sprinter' de Arnstadt, de 25 años, en lo que va de temporada y la demostración de que el ciclista del Argos puede rivalizar con los mejores de la disciplina.

Kittel, pleno de potencia, distanció en los últimos metros a su compatriota Greipel, que había sido el ciclista mejor lanzado del pelotón.

El holandés Tom Veelers había lanzado a Kittel y, tras dejarle en buena posición, rozó con Cavendish, por lo que se fue a tierra. El británico se mantuvo en la carretera y pudo ser tercero.

El cerrado 'sprint' puso fin a una etapa larga, de 197 kilómetros entre Saint-Gildas-des-Bois y Saint-Malo, que se corrió con tranquilidad, en la horquilla más lenta prevista por los organizadores.

El día estuvo marcado por una larga escapada de cinco hombres, que se formó nada más empezar la jornada y que duró 191 kilómetros, hasta que a falta de 5 el pelotón, impulsado por los Lotto de Greipel, los Argos de Kittel y los Omega de Cavendish, acabó con su aventura.

La formaron los españoles Juan José Oroz (Euskaltel) y Luis Angel Maté (Cofidis), los franceses Julien Simon (Sojasun) y Jérôme Cousin (Europcar) y el holandés Lieuwe Westra (Vacansoleil), que tras hacerse con los puntos del 'sprint' intermedio y de la montaña, fue el primero en tirar la toalla, una decena de kilómetros antes que sus compañeros de fuga.

Fue la típica escapada consentida de las etapas de 'sprint', que durante un rato soñó con poder llegar gracias al viento de cola que soplaba en los últimos kilómetros, al borde del mar, pero que finalmente no vio Saint-Malo en solitario.

Entre los favoritos, tras la jornada de reposo de la víspera y la perspectiva de la contrarreloj de 33 kilómetros de mañana en el Mont-Saint-Michel, la tranquilidad fue la nota dominante.