Bagneres de Bigorre. "Somos como los demás", dice Chris Froome cuando llega a Bagneres de Bigorre tras un día solitario por los Pirineos que, reconoce, habrá sido uno de los más duros de su vida y, sin duda, es el golpe más severo que recibe su equipo, el Sky, en los últimos dos años -lo de Bradley Wiggins en el Giro fue otra cosa-. El desplome del equipo inglés en la última etapa pirenaica después de la exhibición del día anterior en Pailheres y Ax 3 Domaines extraña a todos menos al líder del Tour, que lo encaja con naturalidad. "Es comprensible", explica, "porque ayer trabajaron muchísimo durante toda la etapa y hoy han acusado el esfuerzo. Pero incluso así, Porte ha sacado fuerzas para conducirme hasta el grupo de favoritos antes de quedarse. Esto solo prueba que somos como los demás y que ahora estamos algo más vulnerables".

El poder gremial que exhibía el Sky, con Porte segundo en la general después de una exhibición como gregario de Froome, lo tiene ahora el Movistar de Eusebio Unzue, que cuenta con Alejandro Valverde -segundo a 1:25 de Froome-, Nairo Quintana -séptimo a 2:02- y Rui Costa -décimo a 2:45-. "La realidad es que llegará la contrarreloj del miércoles y él -Froome- nos volverá a alejar, pero en la última semana de los Alpes se pueden dar muchas situaciones de carrera complicadas. Está claro que nosotros no hemos perdido aún la esperanza del Tour", explicó Unzue, que tiene precisamente a Valverde en una forma extraordinaria y a Rui Costa en un lugar privilegiado para contraatacar en los días que están por llegar, pero sobre todo, cuenta con Quintana, el ciclista al que le dice Bahamontes que es el mejor escalador del Tour y el chico, joven y tímido, se sonroja como no lo hace en la carretera, donde le sobra descaro para tratar de tú a tú al líder Froome y atacarle hasta cuatro veces, lo que hace pensar que no se estará quieto hasta soltarle, quizás, en el Ventoux o en los Alpes.

"Pero aún soy joven", matizó el colombiano, "y solo pienso en seguir probando como hoy, aunque los ataques no fueron duros porque, claro, ayer castigué las piernas y, además, aunque la gente tenía ya poca fuerza los desniveles del puerto no eran grandes".

el testigo de martin Por otro lado, el vencedor de la etapa de ayer, Daniel Martin, recogió el testigo dejado por su tío, Stephen Roche. Y es que las dos últimas victorias irlandesas sucedidas en el Tour de Francia forman parte de la misma familia: después de que Daniel Martin tomara ayer el testigo del triunfo que en 1992 rubricó su tío. "Estoy muy contento de haberlo conseguido tanto tiempo después de que lo hiciera mi tío, es un orgullo", comunicó Martin, que este año ya había conquistado la Lieja-Bastoña-Lieja y la Volta a Catalunya, y ayer se impuso en la novena etapa después de superar a esprint a su compañero de fuga, el danés Jakob Fuglsang. "Cuando vi que me iba pensé que no tenía nada que perder, así que seguí el esfuerzo", concluyó.