Ax 3 Domaines. "Antón y Nieve han sido los más listos", dice Purito, que es uno de los condenados en la primera entrega de los Pirineos. "Ellos han subido a su ritmo, qué bien y qué listos", prosigue, "y a mí me han sacado los ojos". Los ojos de Antón están clavados después de la paliza en el manillar de la bicicleta que tiene enganchada al rodillo en la entrada de un hotel de Ax 3 Domaines. "¡Qué diferente es el ritmo del Tour!", suspira el escalador vizcaino, que ha corrido dos veces la carrera francesa (2007 y 2009) y en ambas ha pasado inadvertido. "Así que este es mi mejor comienzo de siempre en el Tour, aunque no era difícil mejorar lo anterior".

Un ataque en Pailheres en busca de la estela cósmica de Nairo Quintana que no pudo alcanzar y la subida a tope en Ax 3 Domaines tras el golpe seco del Sky para acabar décimo, con Contador, es el bagaje de Antón en la primera llegada pirenaica. La de Nieve, otro ataque en Pailheres para pasar tercero por la cima y coger unos puntos que le sitúan quinto en la general de la montaña (la lidera Froome con 10 puntos más que el navarro) y el sexto puesto en meta, por delante de Contador y a unos pocos segundos de Valverde, tercero.

"Estamos delante", se felicita Nieve, que debuta en el Tour con 29 años, reconoce las dudas que albergaba y entiende que están disipadas. "No pensaba estar tan bien, de veras, pero todavía es pronto para sacar conclusiones y saber cuál es nuestro sitio en este Tour. Solo es una etapa, buena para nosotros, pero debemos esperar a ver qué pasa. A ver si se lían los favoritos entre ellos y a nosotros nos dejan un hueco para buscar nuestros objetivos".

Siguen siendo las victorias de etapa y la general de la montaña. "Pero para eso", reflexiona Antón mientras hace rodillo para descargar las piernas de ácido láctico, "quizás necesitemos adelantarnos a la jugada, atacar antes y buscar nuestra oportunidad. Veremos".

Lo que sí vio ayer Antón en meta fue el rostro de la derrota. A Contador desnudado en la primera etapa de montaña del Tour, donde nadie lo esperaba, quizás ni siquiera él. "Pero más que mala cara, le he visto pensativo. Seguro que es duro para él, pero no va a dar el Tour por perdido. Preparará alguna jugarreta de las suyas", zanja el escalador galdakoztarra.