1º OricaGreenEdge25: 56
2º Omega Pharma-Quick Stepa 1''
3º Sky Procyclinga 2''
4º Saxo-Tinkoffa 8''
5ºLotto-Belisola 16''
21º Euskaltel-Euskadia 1:23
GENERAL
1º Simon Gerrans (Orica )12h47:24
2º Daryl Impey (Orica)m.t.
3º Michael Albasini (Orica)m.t.
4º Michael Kwiatkowski (Omega)a 1''
5º Sylvian Chavanel (Omega)m.t.
24º Imanol Erviti (Movistar)a 20''
La etapa de hoy, 5ª: Cagnes Sur Mer-Marseille, 228,5 kms. ETB1 y Teledeporte.
niza. En algún viaje de verano a Niza, Claribel Ezquerra, nieta del mito, se sentaba al sol en una terraza del Paseo de los Ingleses donde los turistas se tuestan al sol mientras desayunan cerveza y los jubilados ricos juegan a la petanca en las playas de piedras negras y gordas, y pedía un zumo de naranja recién exprimido que le cobraban como champagne y así se lo tomaba, sorbo a sorbo, como si fuesen las lágrimas que le corrían por la mejilla cuando cerraba los ojos y, emocionada, creía ver al abuelo bajo el mismo sol de Niza, pero del año 36, antes de la guerra y todo eso, contándoles a los periodistas que tendrían trabajo al día siguiente, que saliesen pronto de Niza y que le reservaran en la meta de Cannes para él el primer plano.
Los ciclistas de otras épocas contaban la película de la etapa antes de que ocurriera -Loroño también le confesó a Langarica el final de la etapa de Cauterets que ganó antes de que les atrapara el sueño la noche anterior y Apo Lazaride anunciaba sus ataques en la montaña con un grito ensordecedor- y ahora que son viejos y tienen tiempo para ver el Tour en el sofá de casa o en el txoko mientras echan la partida bostezan de aburrimiento porque piensan que ya está todo contado, que el Tour se corre a rueda de un guion de cine, que se sabe lo que va a pasar, que nadie arriesga, que nadie ataca, que nadie está convencido de poder ganar, y entonces, nadie lo anuncia la víspera para que le vayan preparando el primer plano.
En definitiva, piensan que el Tour es ahora otra cosa, otra película y su narrador, el Sky, el equipo que patrocina también la 21st Century Fox. El de Chris Froome, que no dice que vaya a ganar el Tour y que le vayan esperando en París, bajo el Arco del Triunfo, pero todo el mundo le señala como favorito, ganador seguro, y por eso su autobús se llena de gente que quiere verle antes de que se monte en la bicicleta en la crono por equipos de Niza y dé la primera lección a sus rivales, a Contador, Valverde, Purito, Evans y el resto. Es lo que se piensa, aunque nadie lo diga.
Se ve. David López, el gregario vizcaíno de Froome que va recuperando la vida tras el golpe brusco con el calor de Córcega, sale del autobús del equipo antes que el resto con la excusa de que le tienen que pesar la bicicleta y así escapa del ruido y respira algo de aire puro y fresco. Tiene un segundo, o dos. Unos metros más atrás viene ya Froome silbando como si llamara a su rebaño de ovejas negras. Les junta en la rampa. Luego echan a correr.
A 57,8 por hora Mientras corren las ovejas negras del Sky bajo el sol azul de Niza, Valverde apura el calentamiento en la soledad del rodillo desde donde echa un par de miradas a Castroviejo, que está concentrado a su lado, como pidiéndole llévanos rápido. El Movistar se motiva con la presencia del vizcaíno en el grupo, una máquina perfecta contra el crono. El Orica-GreenEdge busca la inspiración en la música: escuchan ACDC por el altavoz del coche antes de bajarse del rodillo. Salen locos.
El resultado fue heavy. En 25 kilómetros el Orica corre empujado por el aliento salino del Mediterráneo a 57,841 kilómetros hora, más rápido que nunca antes en una crono por equipos de la historia del Tour, y viste de amarillo a Simon Gerrans, el tipo duro que había derrotado la víspera a Peter Sagan. Otros dos equipos batieron también ese récord de velocidad. El Omega Pharma, que se quedó a un segundo del Orica y de colocar de líder al polaco Kwiatkowski, 23 años y que hace dos corrió en el Caja Rural; y el Sky, tres segundos más lento.
"Estoy feliz", reaccionó Froome, "hemos quedado terceros a tres segundos y estamos donde queríamos, sin la presión de tener que cargar con el maillot amarillo". No lo hizo, pero podría haber lamentado que las diferencias con sus rivales no fueran las esperadas, por escasas con Contador, solo 6 segundos y eso que el Saxo-Tinkoff perdió pronto a Noval, un toro en el llano, porque golpeó con la mano a toda velocidad la cámara de un fotógrafo que salía de entre las vallas y teme haberse roto un dedo; con Valverde y Quintana, 17 segundos; con Evans, 23; con Purito, 25; o con Andy y Zubeldia, 26.
Ante el inconformismo de Contador, de los pocos que parece mentalizado para hacer frente a Froome sin reservas -"todo lo que sea perder no es bueno, aunque no creo que seis segundos decidan el Tour", dijo-, el resoplido liberador de Purito, que sufrió muchísimo en un recorrido tan llano y con tanto viento y que se alegró muchísimo más al ver el tiempo que se dejaba. "Es nuestro tiempo. Si corremos más, me quedo. Así que ni tan mal. Aquí se va partido a partido y este lo he salvado", dijo el catalán. En el de ayer en Niza, donde lloraba emocionada Claribel al recordar a su abuelo Federico anunciar su victoria en Cannes, no perdió nadie. Es lo que aburre a los viejos exciclistas de la película de los Tours de ahora.
Euskaltel salió a escena a acabar el día lo mejor que se pudiera, que fue 21º, anteúltimo solo por delante del Argos y a 1:24 del Orica después de que Mikel Nieve sufriera una caída, "chapa y pintura", que obligó al resto a parar para esperarle. El equipo vasco está en otra película. Piensa en la montaña. El maillot y las etapas, empezando por los Pirineos, su cordillera, que llegan el sábado.