Vitoria. WALTER Hodge quiere tomar estas semanas una de las decisiones más trascendentales de su carrera deportiva. El flamante fichaje del Baskonia para las dos próximas temporadas, procedente del Zielona Gora polaco, nació hace 26 años en Guaynabo (Puerto Rico), pero nunca ha sido internacional por su país. En su día era un jugador más que apenas despuntaba y, por eso, nadie pujó con fuerza para que vistiese los colores de su patria natal. Supuestamente, por no atesorar el nivel suficiente para llevar las riendas de un equipo que, entre otros, ya disponía en el perímetro de estiletes como el exbaskonita Carlos Arroyo, José Juan Barea, Christian Dalmau, Filiberto Rivera o Andrés Rodríguez, entre otros.
En 2009, sin embargo, fue reclutado por la Federación de las Islas Vírgenes estadounidenses para disputar los eventos internacionales. Se había graduado poco antes en la Universidad de Florida, su abuelo era originario de aquel lugar y, como no vio la oportunidad real de militar triunfar con el equipo del país que le vio nacer, optó por aceptar esta proposición exótica para ser un auténtico líder sobre la cancha. Pero la vida de Hodge ha variado diametralmente en el último año. Antes de recalar en Polonia, era un desconocido que iba camino de ser uno más dentro del mundo de la canasta. Sin embargo, su cotización ha dado un vuelco desde que este curso empezó a brillar con luz propia en las filas del conjunto polaco hasta conducirle al título de campeón de su país y convertirse, a nivel individual, en el máximo anotador de la Eurocup con más de 21 puntos de media.
Hasta los Knicks, previo complicado permiso del Baskonia, pretenden ya que Hodge dispute en próximas fechas una de las Ligas de Verano norteamericanas. Todos se rifan sus servicios y le tientan. Puerto Rico, arrepentida por el enorme error de cálculo de sus técnicos, ha visto ahora en él a la figura ideal para que le catapulte hacia el Mundial de España en 2014. Por ello, pretende que el nuevo directorde juego azulgrana tome parte en el Premundial, previsto este verano en Caracas entre el 30 de agosto y el 11 de septiembre. Unos meses antes, Montenegro también le extendió sin éxito un cheque en blanco para que adoptase esta nacionalidad europea y fuese compañero de Milko Bjelica en el Europeo de Eslovenia.
En espera del veredicto Para vestir la elástica de su país natal, Hodge necesita lógicamente ahora el permiso de la FIBA. El máximo organismo internacional rara vez atiende las peticiones de un jugador para cambiar de status, pero todo hace indicar que en este caso hará una excepción. En el caso de que obtenga el permiso de las Islas Vírgenes estadounidenses -donde la competitividad es prácticamente nula y con quien no podrá aspirar a grandes éxitos-, y posiblemente si hay dinero de por medio, verá satisfecho su deseo. Y es que el boricua lo tiene claro. "Me encantaría jugar para Puerto Rico. Si la Federación hace el acercamiento, definitivamente me gustaría cambiar mi ciudadanía deportiva para jugar por mi patria. Sé que hay formas de hacerlo ante la FIBA. Siempre lo he querido hacer, pero hasta ahora la Federación nunca me ha hecho la petición", subrayó hace días al diario Primera Hora.
Los responsables federativos de su país asumen de puertas hacia fuera una postura de neutralidad, pero ya han instado a Hodge a efectuar las gestiones pertinentes para que vista de una vez por todas la camiseta boricua. El secretario general de la FIBA en América, Alberto García, ya es conocedor de la situación y no tardará en emitir un veredicto del que lógicamente estará muy pendiente el Baskonia.
"El procedimiento debe comenzarlo Walter, muy parecido a lo que acaba de hacer Kleon Penn (otro portorriqueño que actúa en las Islas Vírgentes británicas desde 2007), que ya puso a caminar su petición tras gestionarla por su cuenta", acaba de subrayar Carlos Beltrán, el presidente boricua de baloncesto. Un afectado indirecto será Sergio Scariolo, que corre el riesgo de que uno de sus principales baluartes del próximo proyecto aterrice en la capital alavesa con la pretemporada bien avanzada y a pocas fechas del arranque de la Supercopa, la primera cita oficial prevista en el Buesa Arena.