Mikel Urrutikoetxea (Zaratamo, 24/V/1989) ha dado el paso que necesitaba este año en el Manomanista, después de vencer a Yves Xala en un partidazo, tumbó a Mikel Idoate en Bilbao; ahora tendrá que enfrentarse a Aimar Olaizola en el Bizkaia para colarse en la final.
igor g. vico
¿Cómo valora el gran Manomanista que está haciendo?
Al principio del campeonato, cuando fue el sorteo, supe que tenía un grupo muy complicado. Sabía que estaba me estaba encontrando bien, pero siempre tenía el miedo ese del primer partido vestido de blanco, porque las cosas son diferentes. La verdad es que en Arrigorriaga calenté bien, salí tranquilo y creo que hice bastante buen partido y salieron bien las cosas. Conseguí ganar a Xala, que fue campeón en 2011 y es un gran manomanista. Después sabía que tenía un pelotari muy complicado delante como es Idoate, que ya ha demostrado otros años lo que juega llegando hasta las semifinales. Físicamente está muy fuerte y no regala ni un tanto. Ya se vio. Salió un partido durísimo, tuve que trabajar mucho y al final sufrimos e hicimos un partido duro. Mereció la pena.
¿El duelo contra Xala fue el paso que necesitaba dar?
Ganar a un campeón como Xala sí que da un punto de moral. Además, él jugó un buen partido, pero yo me quedé a gusto con el partido que hice. Sí que me dio moral, pero sabía que era solo un partido y que no había hecho nada. Yo he ido paso a paso y ahora toca pensar en semifinales.
Idoate es un pelotari duro.
No es un pelotari como Xala o Aimar, con tanto nombre, pero la verdad es que juega muchísimo en el mano a mano, defiende un montón y con la volea te tiene muy lejos del frontis. Es complicado jugarle, porque no regala ni un tanto. Al final se vio que salió un choque durísimo de 381 pelotazos y yo sabía que tenía que trabajar duro para ganarlo.
Y fue el más peloteado en los últimos once años en el Manomanista.
Salió partido peloteado, duro físicamente, e igual no hubo tanto acierto como contra Xala, pero supe sufrir y eso es lo importante.
Ese tipo de partidos peloteados, de sufrimiento, ¿qué tal se le daban hasta ahora?
En años anteriores ya se vio. Contra Gonzalez en Orduña empecé muy bien, pero en la segunda parte me vine abajo físicamente de golpe y uno de los motivos por los que perdí es por eso; los nervios también me pudieron un poco, pero este año, yendo por detrás, me estoy manteniendo bastante en el partido, me veo bien y todavía sé que tengo que aprender muchísimas cosas para estar con los de arriba. Estoy contento con lo que he hecho y si se puede intentaremos llegar a la final.
¿Lo que más ha cambiado con respecto a otros años ha sido su físico?
Sí. Es una de las cosas que más he cambiado. La otra es la experiencia, que la vas teniendo a medida que vas jugando. De los primeros campeonatos del mano a mano hasta ahora creo que me he ido encontrando más cómodo en la cancha. Vas cogiendo experiencia y después de la derrota de Gonzalez he aprendido mucho.
Aquel partido le enseñó.
Los partidos que vas ganando bien y pierdes, te enseñan bastante.
¿Muestran más los partidos duros o las derrotas que los triunfos?
Sí. De los que ganas también se aprende, pero no le das tantas vueltas. En ocasiones como la de Orduña, que vas ganando fácil y acabas perdiendo, le das vueltas a la cabeza durante la semana. Te preguntas en qué has fallado. En profesionales he tenido dos derrotas así: una la de Gonzalez que iba ganando 17-4 y la otra contra Mikel Beroiz en la semifinal del Manomanista de Segunda en Zalla. Iba 18-6 y perdí 22-20. De esas derrotas siempre se aprende.
¿Ha cambiado su preparación?
Sí. En invierno, los que nos hemos quedado fuera del Parejas o de suplentes no teníamos muchos partidos y yo lo que he hecho ha sido trabajar duro físicamente para estar lo mejor posible cuando me tocara jugar. Uno de los objetivos era llegar lo mejor posible a este mano a mano. Los últimos cinco meses hemos trabajado bastante bien y también hace falta un poco de suerte para llegar hasta aquí, porque puedes estar muy bien físicamente y que no te salga un partido bueno. Las cosas han salido bien, estamos en semis y estoy muy contento, pero tengo un partido muy complicado delante. Intentaré llegar al cartón 22 que el premio es grande.
Es decir, que esta semifinal es el producto al trabajo de cinco meses.
Eso es. Al principio no empezamos machacando muy fuerte, pero los últimos meses le hemos metido bastante físico. Estos últimos dos meses dejé las pesas, pero anteriormente también estuve machacando bastante. Una de las claves es el trabajo que hemos hecho. Aquí no hay misterios. Si se trabaja bien, vienen los resultados antes o después. No sé la gente lo que dirá, pero en la cancha me encuentro muy a gusto.
El físico, al fin y al cabo, es lo que le hace mantener la chispa.
Sí, el otro día ya se vio. El partido fue muy duro y en los últimos tantos yo me encontraba fresco y bien de golp. A mitad de partido pasé un bache, pero me recuperé y pude ganar.
Además, ha cambiado su aptitud.
Igual sí y mucha culpa de ello la tiene Josetxu Areitio. Hace un gran trabajo cuando está conmigo de botillero, no me deja salirme en ningún momento del partido. Cuando iba 14-11 perdiendo contra Xala, otras veces me hubiera empezado a comer la cabeza y esta vez no. He seguido luchando.
Fundamental labor del botillero.
Sí, es importante. Un tío que está encima tuyo todo el partido, animándote, es de agradecer.
¿Es lo que necesitaba?
Bueno, con los años también vas cogiendo experiencia. Aunque acabo de cumplir 24, con los años vas aprendiendo y, aunque me queda mucho, cada vez me encuentro mejor en la cancha. Además, entre semana también intentamos preparar lo mejor posible el partido entre Josetxu, Pablo Berasaluze y yo. Porque Pablo me ayuda mucho, entre semana paso mucho tiempo con él, es un gran amigo y estoy muy agradecido por todo lo que hace por mí.
¿Es del tipo de pelotaris que ve vídeos para pulir errores?
Depende de qué partido, sí que me gusta ver. La verdad que por la tele se ven mejor los errores que comete cada uno. Yo intento ver los partidos del mano a mano para ver dónde fallo y qué cosas tengo que mejorar. Sé que todavía tengo mucho que mejorar, porque los de arriba tienen un gran nivel y para estar ahí, hay que jugar muchísimo y estar siempre a tope. Para eso trabajamos.
El único vizcaino que empezó y que todavía sigue.
Es algo bonito. En el Cuatro y Medio, Pablo llegó a semifinales; en el Parejas, alcanzó la final pero por desgracia no pudo disputarla hasta el final, y ahora, yo en semis del Manomanista. Este año la pelota vizcaina ha dado ese salto, hemos hecho las cosas bien, hemos llegado arriba en las tres modalidades y creo que eso para la afición vizcaina y para los chavales es una buena señal.
¿Cómo procesa el hecho de estar tan cerca de la final, pero tan lejos?
Intento no darle muchas vueltas. Sé que llegando al cartón 22 estoy en la final, así parece fácil. Aimar Olaizola es un grandísimo pelotari y sé que me pondrá las cosas difíciles para llegar a la final, pero no es imposible. Yo tengo mis opciones y saldré a hacer las cosas bien. Si tengo la oportunidad, la aprovecharé al máximo.
¿Cómo se están viviendo a su alrededor estos momentos?
El sueño de cualquier pelotari es estar en lo más alto. Estar además en una semifinal del Manomanista, cuando el mano a mano ha sido lo más grande de la pelota, es algo bonito para mí. Sumado a que en tantos años que no haya habido un vizcaino luchando por la final, pues es algo bonito e intentaré disfrutar ese día. La gente de mi alrededor está muy contenta, pero intentaremos no pensar tanto en ese partido y a medida de que vaya viniendo ir centrándome y hacerlo lo mejor posible.
¿Es su mejor momento?
Yo creo que sí. Igual es de los mejores. Me encuentro bien. Igual sí que he tenido momentos buenos, pero no en un torneo así. Aunque también ha habido malos: por lesiones, he sufrido de manos... Ahora me encuentro bien, físicamente he mejorado, trabajamos todos los días y las cosas están llegando.
Muchos le consideran la sorpresa, ¿para usted también lo es?
Cuando empezó el campeonato sabía que tenía un grupo complicado, pero todos lo eran, porque son todos buenos pelotaris. Sabía que tenía que hacer la cosas muy bien si quería llegar a la semi, las cosas han salido y estoy contento. Sabía que si hacía las cosas bien, tenía mis opciones.
También se le calificaba como la esperanza vizcaina, ¿le ha dado muchas vueltas a eso?
Intento que no. Esas cosas no me gustan. Eso hay que demostrarlo en la cancha. Igual en ciertos momentos me ha costado un poco progresar por las manos En los últimos meses me he encontrado mejor, pero para hablar de una promesa o esperanza hay que seguir demostrándolo.
Mejor una realidad que una esperanza.
Eso es.
También Asegarce le ha arropado.
Han confiado en mí y solo puedo darles las gracias. Con Gorostiza, con Rubén Beloki, con Anizeto Lazkano en Tolosa, con Salva Bergara, hemos hecho buenos entrenamientos, pero siempre digo que vestido de blanco todo cambia. La verdad que se han portado muy bien conmigo, eso lo valoro y es de agradecer.
Comentaba que ha salido tranquilo en sus partidos, ¿ha sido clave?
Intento estar tranquilo. No merece la pena estar nervioso y pasarlo mal estos días. El día del partido lo intentaré llevar lo mejor posible y saldré a por todas.
Respecto al remate, ¿qué tal te estás encontrando?
Creo que he mejorado. Tengo muchas cosas que aprender y una de ellas es el gancho de aire, cada vez entro más a gusto, pero no es fácil cogerlo. Si fuera tan fácil, todos seríamos estrellas. Hay que trabajar duro y si lo hago lo puedo conseguir
Ahora, ¿cómo se encuentra?
Esta semana después de las dos palizas me encuentro físicamente un poco cansado.
Aimar dijo que había entrenado muchas veces en su contra y le había ganado casi siempre.
De blanco es otra cosa diferente. No tiene nada que ver. Cuando entreno con Aimar lo hago muy a gusto, siempre ha sido el pelotari que yo he seguido desde pequeño. Es una persona increíble. La verdad es que jugar contra él es algo muy bonito y que siempre recordaré.
Si juega contra su ídolo y le gana...
Seguiría siéndolo. Eso da igual. Aimar es un grandísimo pelotari. Conmigo siempre se ha portado bien. No puedo pedir más: jugar contra el que desde pequeño ha sido mi ídolo, en una semifinal del Manomanista y encima en Bilbao.
Mikel Urrutikoetxea se pone los tacos en un vestuario de Bilbao.
Mikel Urrutikoetxea
Delantero de Asegarce y semifinalista del Manomanista
"Llegar a la final es difícil, pero no imposible"
"No puedo pedir más: juego contra mi ídolo, en semis del Manomanista y en Bilbao"