Bilbao. DECÍa Macerlo Bielsa que la ventaja de Newell's Old Boys ante cualquier rival era que sobre el terreno de juego no se alzaban los cuerpos erguidos de once futbolistas, sino de once futbolistas que eran hinchas. Los chicos vestían la elástica porque la sentían, porque ciñéndose la zamarra los colores penetraban en las entrañas y era motivo para ser futbolistas, el modus vivendi de mayor influencia directa sobre el escudo del equipo del barrio. Es la cara romántica del fútbol, la versión purista, ciertamente el concepto originario. Pero hay otras vertientes, porque también motiva el color del dinero. Es la filosofía que impulsan, que trasladan del mundo empresarial e imponen, adinerados para quienes el nombre es lo de menos. No es más que el soporte hacia la gloria. Es el espíritu del remozado Mónaco, el nuevo rico del fútbol mundial después de Chelsea, Real Madrid, Manchester City, PSG..., el último de una retahíla de cuantos están por llegar en los tiempos que corren. Así se pronuncia el máximo dirigente del club monegasco.

En este caso la construcción de un imperio futbolístico megalómano en el Principado corre a cargo del magnate ruso Dmitry Evgenevich Rybolovlev, hijo de doctores, empresario, inversor y filántropo de 46 años, y actualmente número 114 del listado de las mayores riquezas del mundo según la publicación Forbes -la de Roman Abramovich, propietario del Chelsea y también de 46 años, es la 107 en este escalafón-. Una fortuna valorada en 9.100 millones de dólares amasada gracias a la privatización de empresas haciendo negocio del marco económico instaurado por la Perestroika (reforma llevada a cabo por Gorbachov para desarrollar una nueva estructura económica en la Unión Soviética). Amante del arte no solo en movimiento, posee obras de Monet, Picasso, Gaugin o Van Gogh, y coleccionista de pisos de lujo, entre otros, la mansión que fuera de Donald Trump (adquirida por 95 millones de dólares) o el apartamento más caro de Nueva York (tasado en 88 millones de dólares), ahora se ha encaprichado por el escaparate del fútbol.

Rybolovlev, previas negociaciones personales con el príncipe Alberto de Mónaco, adquirió en 2011 dos terceras partes del Mónaco -la restante pertenece al Principado- por un monto de 100 millones de euros. Compró un equipo siete veces campeón de la Liga francesa (cuarto club del país galo en esta ordenación), la última obtenida en el 2000, y finalista de la Champions en 2004 -perdió 3-0 ante el Oporto de Mourinho-, pero sumido en las catacumbas, en el último peldaño de la Ligue 2, la división de plata francesa, computando una victoria en 18 meses, el espejo de un haraquiri con balón. "Creo que este club tiene un enorme potencial. Espero que sea capaz de materializar ese potencial totalmente, tanto a nivel nacional como europeo", comunicó a los cuatro vientos el mandatario al denominarse propietario de un club que ha permanecido dos temporadas en la Segunda gala antes de ascender esta campa a la Ligue 1.

El técnico Claudio Ranieri, inquilino del banquillo desde hace apenas un año, es uno de los grandes artífices de esta reconstrucción que está llevando a cabo el Mónaco. El que fuera entrenador del Atlético de Madrid, Chelsea, Valencia, Juventus, Nápoles, Roma o el Inter de Milán, entre otros, ha dispuesto de un presupuesto de 20 millones de euros para salir del pozo. Y de cara a la próxima campaña en Primera, Rybolovlev pretende inyectar al presupuesto para fichajes otros 200 millones. ¿Será el precio del éxito? Porque ¿tiene precio el éxito? Para Rybolovlev sí.

Como las especulaciones son gratuítas, están disparadas estos últimos días de fútbol. El nombre más reiterado es Falcao. "Esperamos que Falcao fiche por el Mónaco", dijo el sábado, sin tapujos, Ranieri. El colombiano posee una cláusula de 60 millones de euros y la emisora colombiana Antena 2 da por cerrado el fichaje. Hace unos días la web TuttoMercato publicó que el club monegasco ha ofrecido 100 millones al Barcelona por el pack Fábregas, Alexis y Valdés. "El director deportivo del Mónaco le confirmó al periodista deportivo de Antena 2, Jorge Andrés Bermúdez, que Falcao, James Rodríguez, Joao Moutinho y Victor Valdés son nuevos jugadores del Mónaco para la próxima temporada", anunció el medio. "Hasta el momento han confirmado esos 4 nombres, sin embargo en los próximos días o quizá semanas, el caso Tévez (Manchester City), Lampard (Chelsea) y Kompany (Manchester City) podría definirse también", agregó Antena 2. En definitiva, cosa faraónica.

El inconveniente que ha encontrado Rybolovlev es que la Liga y la Federación francesas solicitan que el Mónaco se instale en suelo francés, para no gozar de diferencias fiscales propias del Principado sobre el resto de clubes de la competición gala o aceptar un canon de 200 millones de euros para ser aceptado en el torneo. El resto de entidades contemplan una competencia desleal en esta virtud del Mónaco. La primera medida adoptada es que los clubes de la Liga deben ubicar sus sedes en territorio francés, algo a lo que se opone el club monegasco, apelando a que está afiliado a la Federación desde su creación y que durante este periodo transcurrido "ha formado a internacionales franceses y ha representado con orgullo el fútbol francés en el mundo". A partir de ahora, por de pronto, el Mónaco se erige en adalid del gasto, en abanderado del dinero, luego está por ver si el Principado y el país galo se sienten identificados.