Después de cinco años aposentado en Sudamérica, el Dakar mantiene su espíritu nómada y, tras conseguir que en la próxima edición la prueba pase por Bolivia, su director, Etienne Lavigne, tiene entre ceja y ceja que el rally más duro del mundo llegue a Brasil. Su cabeza no para de dar vueltas para diseñar un recorrido diferente cada año y, por ello, quiere que la prueba pase por las cataratas de Iguazú.