Y, por fin, se retiró. Bradley Wiggins, después de someterse a una tortura en las últimas etapas del Giro, no tomó ayer la salida en Busseto. Al líder del Sky todo le ha salido mal en la corsa rosa, hasta el punto de verse hundido en la clasificación general y no poder mantener el ritmo del pelotón en llano. Ayer dijo basta. Wiggins no se acercó al control de firmas y no tomó la salida en la décimo tercera etapa.

"Estoy decepcionado, pero hay cosas que no puedo controlar", explicaba Wiggins poco antes de regresar al Reino Unido, "es realmente decepcionante parar de esta manera, porque vinimos aquí para mucho más". El británico, para justificar su bajo rendimiento se ha refugiado en una infección pulmonar. Lo que podría haber sido un contratiempo de un par de días, se eternizó a causa de un mal tiempo que aplastó las aspiraciones de Sky. El jueves Wiggins perdía definitivamente todas las opciones de estar entre los mejores al penar de nuevo bajo la lluvia: "Fue duro estar en esa posición, porque no estoy acostumbrado a ello. No estoy acostumbrado a quedarme del pelotón en el llano. Eso es una señal de que algo no está bien". Tras una mala noche en a que tuvo problemas para conciliar el sueño, el médico del Sky decidió dejar a Wiggins fuera de la carrera. El Sky tiene ahora otro problema. Si haces unas semanas señalaban a Chris Froome como su primera opción para el Tour de Francia, todo parece indicar que Wiggins ya está pensando en reeditar su triunfo del año pasado: "La decisión fue tomada con el fin de estar de vuelta a plena capacidad para el Tour, así que creo que si hubiéramos seguido en este Giro, el riesgo era que me podría perjudicar más a largo plazo, por lo que creo que el equipo ha tomado la decisión de poner fin al mismo y empezar a pensar en volver a estar a pleno rendimiento para el Tour".

Mientras Rigoberto Urán hereda ahora os galones en el Sky, el líder de la carrera no se relaja lo más mínimo a pesar de la retirada del británico. "El Giro nunca es fácil. En ausencia de Wiggins, los que estamos aquí disputaremos la maglia rosa. Tampoco está Hesjedal, y el Sky tiene a Urán, y luego están Evans y Scarponi. La Clasificación General no se ha decidido todavía. Evans está cerca, así que creo que tengo que hacer algo bueno. Estoy en buena forma, así que voy a tener que intentar algo en las próximas etapas de montaña", explicaba Nibali. La etapa más larga de este Giro estuvo amenizada por una escapada desde el kilómetro 25. Pablo Lastras fue el último superviviente de la fuga y fue capturado a 13 kilómetros de meta. En una de las pequeñas ascensiones del tramo final se volvió a producir un intento de fuga con un grupo en el que estaba Jorge Azanza, de Euskaltel. Incluso Beñat Intxausti intentó volver a arañar unos segundos, pero los equipos de los velocistas no dieron oportunidad alguna. En la línea de meta Mark Cavendish dio la enésima exhibición de velocidad punta. El de la Isla de Man no tuvo rival y se adjudicó su cuarto triunfo de etapa en la presente edición del Giro.