VALLADOLID. El Real Valladolid ha obtenido los 43 puntos que necesitaba para seguir la próxima temporada en la máxima categoría del fútbol español, mientras que el club gallego se queda con 32 que le mantienen en la zona de descenso a falta de tres jornadas para el final de la competición.
Desde el comienzo se detectó, al margen del alto ritmo impuesto por ambos bandos, la apuesta visitante por hacerse con el control del esférico, lo que obligaba a los medios centros locales, Álvaro Rubio y Víctor Pérez, a recular varios metros.
Lo locales no estaban tan certeros en las transiciones como los futbolistas del Deportivo, a los que se les nublaba la claridad en los metros finales, en parte por la acumulación de hombres del Real Valladolid.
Esta solidaridad defensiva no minaba el ataque del equipo vallisoletano, que comenzaba a desperezarse y alternaba posesiones pausadas con otras vertiginosas, como la que propició la primera ocasión del partido a los 23 minutos de juego y que llegó después de un centro de Larsson por la izquierda que peinó Ebert y empaló Óscar en el borde del área. Se marchó alto.
Fueron unos instantes en los que el Deportivo aflojó su presión y perdió parte de la intensidad del inicio, aunque sí era capaz de encaramarse en posiciones atacantes, sobre todo con las caídas a las bandas de Riki.
Eran ataques estériles pues el guardameta Jaime, al igual que Aranzubia en los visitantes, no tuvo trabajo en este primer período igualado y en el que flotaba el miedo a perder.
En la reanudación, al Real Valladolid se le vio más revolucionado e incisivo. De este modo, un centro de Rukavina fue despejado por Silvio y el balón casi se cuela por escuadra derecha de la meta defendida por Aranzubía, quien no pudo evitar el primer tanto del partido en el córner posterior.
Fue lanzado por Ebert. El balón se paseó dentro del área pequeña y encontró a Javi Guerra, quien, de tacón, lo envió al fondo de las mallas cuando no habían transcurrido ni cuatro minutos del segundo período. El Deportivo se vio obligado a jugárselo todo.
No pudo porque el Real Valladolid se adueño del balón, contemporizó y se mostró sólido ante las embestidas visitantes, menos incisivas que en el primer período.
Sin embargo, con el paso de los minutos, acuciado por la necesidad, el Deportivo fue adquiriendo más presencia en campo contrario, aunque deslavazada y cansina.
Así, únicamente causó peligro con disparos lejanos que el meta local Jaime despejó mal. Incluso el árbitro, Mateu Lahoz, sobrepasado el minuto 80 del partido, anuló un gol a los visitantes por fuera de juego.
Fueron ocasiones que hablaban de lo mal que lo estaba el pasando el Valladolid, que en los compases finales del partido se dedicó a despejar balones ante un asedio del Deportivo que finalmente no obtuvo el premio del empate.