vitoria. Hace 30 años la Vuelta a España estrenó una ascensión revolucionaria. Una etapa con salida en Aguilar de Campoó terminaba en Cangas de Onís, en el Puerto de los Lagos de Covadonga, un lugar casi mágico sobre los lagos Enol y Ercina. El experimento causó sensación. El primero en atravesar aquella línea de meta fue Marino Lejarreta. El de Berriz inauguró un escenario que se convertiría en leyenda. La gesta, además, alcanzó tintes épicos al ser la primera carrera ciclista televisada en directo en España.
El corredor vizcaino recuerda que acudió a los Lagos sin poder inspeccionar el terreno previamente por sí mismo: "Las referencias que tuve eran de mi hermano. Él ya lo conocía y me explicó cómo era el puerto un poco por encima". La cima asturiana rompía con el estándar de los puertos que hasta entonces eran habituales en el ciclismo de élite. "Le hacía diferente la dureza, las rampas que tenía. Sobre todo en el tramo de La Huesera, donde estaban las rampas más duras", explica Lejarreta tres décadas después, "el asfalto era de montaña, no era liso y lo hacía todavía un poco más duro".
Lejarreta, que había perdido el maillot de líder tres jornadas antes por culpa de unos abanicos, ya contaba con dos victorias de etapa, por lo que estaba más centrado en la lucha por la general que en conseguir un triunfo parcial más. Pero Marino se manejaba por factores diferentes, tal vez por eso consiguió tener un vínculo tan especial con el aficionado. "Yo trabajaba mucho por impulsos y me dejé llevar un poco". Tanto se dejó llevar que al inicio del puerto fue cogiendo ventaja respecto a los favoritos. Por delante sobrevivían todavía varios ciclistas escapados. "Se suponía que iban a cascar porque llevaban muchos kilómetros escapados y tampoco eran escaladores. Con el tiempo se les cogería. Una vez que adelanté al último, que era Carlos Machín, la victoria era ya bastante probable y así fue", relata el de Berriz.
Nadie fue capaz de darle caza. Llegó en solitario a la meta. Tan solo que ni siquiera le seguía el coche de su equipo. Aquel triunfo volvió a colocarle en la guerra por el maillot amarillo: "Supuso un triunfo en una subida bonita, con mucho público. Había mucha gente de casa. Fue muy emocionante. Aquello dio pie a confirmar que estaba bien y que podía seguir luchando por la Vuelta a España". Finalmente la ronda se la llevaría Bernard Hinault, quien llegaría comparar los Lagos de Covadonga con Alpe d'Huez.
regreso sin triunfo El estreno de los Lagos de Covadonga causó sensación. Las imágenes de Marino escalando en solitario con un paisaje de fondo espectacular hicieron que la organización convirtieran la cima asturiana en un fijo de las siguientes ediciones de la Vuelta. Es por eso que Marino volvió a visitar en multitud de ocasiones el lugar donde culminó su gesta. Ocho años después se vería de nuevo con posibilidades de ganar. Fue en 1991, en la Vuelta a España que terminaría ganando su compañero Melchor Mauri: "Yo estaba bien físicamente. Estaba más pendiente de la general que de la victoria de etapa. Tenía que atacar con mucho cuidado porque Melchor era el líder del equipo y no podía hacer locuras. Tenía que intentar dejar atrás a los rivales directos como Indurain y Fede Etxabe. Lo intentaba, pero no conseguía dejarles atrás, así que levanté el pie. Al final ganó Lucho Herrera aquella etapa".
Treinta años después, tres décadas después de aquel 2 de mayo, sigue siendo imposible hablar de los Lagos de Covadonga sin que salga a relucir el nombre de Marino. El exciclista sigue manteniendo un vínculo con aquella carretera que exigió lo mejor de él: "Sí, lo he visitado varias veces después. Es un sitio espectacular. Posteriormente he subido varias veces como director, en el coche del equipo, y también en bicicleta, en bici de montaña. La verdad es que es un puerto espectacular por las vistas que tiene y por el entorno".
Fiel a su carácter humilde, Lejarreta intenta restarle importancia a la carrera que muchos catalogan dentro de los episodios míticos del ciclismo de montaña: "Las leyendas nacen por cosas en concreto y no porque sea más o menos duro. Aquella etapa que yo conseguí ganar en los Lagos fue la primera televisada en directo y llamó muchísimo la atención. Ha quedado como un mito... no hay que darle más vueltas".