La temporada no había comenzado de la mejor manera posible para Sebastian Vettel. Era el líder del Mundial pero hasta ayer solo se había subido una vez a lo más alto del podium, el día en el que se saltó las ordenes de equipo y adelantó a sus compañero Mark Webber. Sus exhibiciones de dominio absoluto y la superioridad de la que hizo gala durante las temporadas anteriores parecían olvidadas; sin embargo, el alemán demostró en Bahrein que las viejas costumbres nunca mueren. Desde las primeras vueltas se escapó de sus perseguidores y no dio ninguna opción a ninguno de sus rivales. El tricampeón del Mundo estuvo escoltado por los Lotus de Kimi Raikonen y Romain Grosjean, segundo y tercero respectivamente, que sacaron el máximo rendimiento a la estrategia y a la gestión de sus neumáticos. La cara opuesta de la moneda fueron los dos Ferraris. Fernando Alonso tuvo problemas desde el primer momento con el DRS, mientras Felipe Massa sufrió un auténtico calvario por culpa de su rueda trasera izquierda.

Nico Rosberg salía desde la primera posición de la parrilla después de dar la sorpresa en las tandas de calificación del sábado. No obstante, el sueño del alemán duró poco. Tras aguantar un par de vueltas las embestidas de Vettel y Alonso vio como su Mercedes no aguantaba más y se hundía en la clasificación. Antes, desde la primera curva, el tricampeón del mundo y el asturiano se batieron en un gran duelo. Fernando golpeó primero y superó a su adversario en la salida, pero ayer era el día de Sebastian y en la quinta vuelta recuperó el segundo puesto para lanzarse directo hacia Rosberg. Esa fue su única lucha del día, a partir de ahí ya nadie pudo acercarse a él.

Alonso era el único que se mantenía a la estela del Red Bull, hasta que el DRS le obligó a claudicar. El alerón trasero de su Ferrari se quedó bloqueado y el asturiano tuvo que hacer su primera parada. Un problema que podría haber sido menor sino hubiera vuelto a intentar activar el sistema de adelantamiento. Al hacer esto, se repitió el mismo problema y Fernando tuvo que volver a boxes a las pocas vueltas. El piloto de la escuadra italiana se quedó perdido en el pelotón trasero y tuvo que trabajar muy duro para llegar a los puestos cabeceros.

La suerte tampoco acompañó a Felipe Massa. El brasileño basó toda su estrategia en la fiabilidad de sus neumáticos y fue el único que salió con duros de los primeros diez pilotos. El experimento no pudo salir peor. No solo no aguantó lo esperado, sino que sufrió dos pinchazos en su rueda trasera izquierda. Una vez más, las Pirelli se volvían a convertir en protagonistas.

Con Vettel distanciado y los dos Ferrari fuera de juego, varios pilotos se enzarzaron en una ardua lucha por subir al podium. Una batalla que se vivió con mucha tensión en el box de McLaren. Pérez y Button protagonizaron varios adelantamientos seguidos y estuvieron cerca de tocarse en más de una ocasión. Entonces, Martin Whitmarsh decidió poner paz entre sus dos pupilos y mandó parar al inglés. Mientras, Paul di Resta y los dos Lotus apostaron por una estrategia de dos paradas. Los neumáticos de Grosjean dijeron basta y tuvo que hacer la tercera. Sin embargo, Raikonen sacó el máximo rendimiento a sus Pirelli y volvió a hacer la machada al salir desde la novena posición y acabar segundo, justo delante de su compañero de equipo. Por su parte, el piloto de Force India también consiguió aguantar y acabó en cuarto lugar, la mejor posición de su vida. Una gestión de neumáticos que coloca a Raikonen en segunda posición en la general del Mundial, solo diez puntos por detrás de Vettel, que ayer no tuvo rival para lograr su segunda victoria del año. Un triunfo conseguido como en los viejos tiempos, dominando por completo la carrera.

Webber cumple 200 carreras Por otra parte, Mark Webber disputó su carrera número 200. A sus 36 años, el piloto australiano es el más veterano de la parrilla y ha corrido durante once temporadas, en las que ha conseguido nueve victorias y once pole positions.