bilbao. ALEMANIA aplaude al unísono y con fervor el aterrizaje el próximo verano en Múnich del manual de estilo de Pep Guardiola. Se espera con su llegada una especie de fórmula revolucionaria que siente unas bases que transformen el fútbol del Bayern, pero también del fútbol alemán en general. El Buda de Santpedor, emisario del código del buen fútbol, cual misionero extendiendo la religión, es la panacea, el remedio y solución para combatir al totémico juego de posesión icónicamente representado con las mayores glorias por el Barcelona y la selección española que es extensión del concepto del juego culé en ideario y físicamente. Pero alcanzado este punto, ¿qué riendas cogerá Guardiola? ¿Qué se encontrará? Puede que el arnés de un caballo ganador, incluso puede que las de uno como el de Atila, rey de los Hunos, que por donde pisaba jamás crecía el pasto, pero desde luego, no será el de un caballo desbocado, salvaje e indomado.

Resulta que Jupp Heynckes también tiene su orgullo y el respeto de más de 1.000 partidos en la Bundesliga entre jugador y entrenador -solo está superado por Otto Rehagel en este apartado-. El técnico saliente del banquillo muniqués, sustituido muy a su pesar, puede dejar en herencia una patata caliente, pues sus opciones de rubricar el primer triplete en la historia de la Bundesliga permanecen intactas tras cerrar el sábado el título de Liga, mecerse en las semifinales de la Copa de Alemania y doblegar por 2-0 a la Juventus el anterior martes en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones. La alfombra hacia la gloria está tendida. Y qué mejor manera de infundir debate. Podría que hasta mayúsculo si se llega al por qué cambiar lo que funciona a las mil maravillas.

La pasada campaña 2011-12 el Bayern fue subcampeón de las tres competiciones, además de serlo también en la Supercopa germana. Así, el plantel, cuanto menos -porque cuanto más se podría decir que raya la perfección-, funciona sensiblemente mejor este curso con la consecución del primer título. Un logro aplastante, rubricado a falta de 6 jornadas para cerrar la liga, algo inédito en el medio siglo de historia de la competición. Una dulce noticia para el Bayern y su parroquia, pero puede que no tanto para Guardiola, que tal vez se encuentre un campo minado para el ejercicio de la superación en el banquillo muniqués; o sí, porque podría aparecer a mesa puesta, para disputar la Supercopa y el hipotético Mundial de Clubes.

El caso es que a ciencia cierta Pep ya tiene su primer reto, el de la Bundesliga. "Las expectativas son, por supuesto, muy altas. Todo el mundo piensa que cuando Guardiola venga todo va a ser mejor", afirmó días atrás a la espera de la Liga número 23 para el club Franz Beckenbauer, presidente honorífico del Bayern. "Por supuesto siempre hay cosas que se pueden mejorar, pero va a ser difícil igualar esta temporada", sumó infundiendo presión el Kaiser, que reconoció que "si con Guardiola ganamos por una diferencia de 15 puntos -ha sentenciado con 20 sobre el Borussia Dortmund-, la gente probablemente se sentirá decepcionada". Si es así, papelón para la mística de Guardiola. La elección del banquillo del Bayern no será una perita en dulce, cuando se pudo pensar que emprendía este nuevo rumbo a fin de ampliar currículo sin arduas competencias. Si pretendía volar a la altura de las nubes, deberá hacerlo en la atmósfera.

discreción y disfrute Heynckes, de 67 años, no ha puesto el grito en el cielo cuando supo sobre su suplencia, cuando estaba por verse si su trabajo podía ser impecable, como lo viene siendo -arrancó la Liga con 8 victorias seguidas y fue el campeón de invierno más precoz tras 14 partidos; solo ha perdido uno y ha cedido puntos en cuatro-, y ya tenía recambio. Bajo premisa de su discreción, simplemente quedó en el ambiente el halo de que le hubiera gustado seguir ejerciendo en Múnich. "Dejo el Bayern, pero nunca dije que quisiera retirarme. Me gustaría ser yo el que lo anuncie", reprochó a quienes le jubilaban y ahora entonan el alirón. Y él, a lo suyo. "Estoy tremendamente emocionado", rezó al ganar una liga 23 años después de que lo hiciera como jugador. Tal vez Heynckes se limite al carpe diem, a apurar su profesión; ante sí se brinda la oportunidad de ser el campeón con más puntos en la memoria de la Bundesliga, más goleador y menos encajador, pero puede que más importante aún, la ocasión de cuestionar la llegada del entrenador más codiciado.

14 títulos con el todopoderoso Barça avalan a Guardiola, pero las expectativas, no ya del Bayern del porvenir, sino del actual, se mecen por la azotea del cielo. Y el vestuario planea en la dirección del míster. "Queríamos ganar y seguir marcando récords", dice el capitán Lahm, "aún hay objetivos como nuevos récords y el partido ante la Juventus". ¿Una patata caliente para Guardiola?

datos del campeón

l Récords conseguidos:

-Campeón más precoz de la Bundesliga: en 28 partidos (la marca era 30).

-Campeón de invierno más rápido: tras 14 partidos (marca anterior: 15).

-Récord de 8 victorias seguidas al inicio del curso (marca anterior: 7).

l Récords conseguidos o igualados que se pueden ampliar:

-Mayor número de victorias consecutivas con 11 (marca anterior: 10).

-Mayor número de victorias fuera de casa: 13 (marca anterior: 11).

-Mayor número de victorias consecutivas fuera de casa: 8.

l Récords que puede igualar:

-Menos derrotas: 1 (la marca es 1).

-Invicto fuera de casa.

-Haber marcado en todos los partidos de liga (Colonia, 1963-64).

-Líder en cada jornada de liga.

l Posibles récords al final de curso:

-Primer 'triplete' de un club alemán.

-Más victorias: 24 (la marca es 25).

-Más puntos: 75 (la marca es 81).

-Mayor margen respecto al segundo: ahora 20 puntos (la marca es 16).

-Más diferencia de goles: 66 (la marca es 64).

-Más goles: 79 (la marca es 101).

-Menos goles encajados: 13 (la marca es 21).

-Menos goles en contra fuera de casa: suma 2 (la marca es 5).

-Más partidos sin encajar gol: 18 (la marca es 19).