elgoibar. En la casa de los Ulissi el mundo se veía solo en blanco y negro, concretamente, en bianconero. Tal era la pasión que esta familia italiana sentía por la Juventus de Turín, que cuando la cigüeña dejó un retoño en el portal de casa, el padre de la criatura propuso bautizarlo como Michel, en honor al gran Platini. Pero el resto de la familia no encajó bien la propuesta. Ante semejante desplante a una leyenda de la Vecchia Signora, el padre, indignado, contraatacó con una segunda propuesta, esta vez innegociable. "Si no queréis taza, taza y media. El niño se llamará Diego Armando". Y así es como Diego Armando Ulissi tomó su nombre del astro argentino siendo, a la vez, un acérrimo tifosi de la Juventus. Prueba de ello es la funda de móvil que pasea estos días por Euskadi. Junto al escudo del equipo, un lema: "Invincibili".
Si el ídolo de su padre fue Maradona, el de Diego Armando Ulissi es el juventino Claudio Marchisio. "Le he visto crecer como futbolista hasta convertirse en uno de los mejores centrocampistas", explica. Está por ver si podrá seguir con la tradición familiar y bautizar a un hijo con el nombre de Claudio: "Hace cinco meses tuve una hija y cuando me dijeron que iba a ser una niña pensé que era mejor que pusiese el nombre mi mujer, me daba un poco igual. Ya estuve pensando un par de nombres por si hubiese sido un chico. No hubiese descartado lo de Claudio...".
Ulissi espera ansioso poder ver con la camiseta blanquinegra a Fernando Llorente. "Será un valor añadido al equipo, necesitábamos un delantero", relata, "me he informado un poco y he visto vídeos de Youtube con goles de Llorente y creo que realmente va a aportar mucho al equipo. La Juventus necesitaba una referencia en el ataque y Llorente puede ser esa pieza que le falta al equipo". No duda en calificar al riojano como "un jugador top" y está convencido de que pasar una temporada entera en el banquillo no le perjudicará a la hora de triunfar en la Juventus.
la gran promesa italiana En la casa de Ulissi se hablaba solo de fútbol, pero lo cierto es que el padre de Diego Armando, que competía en mountain bike, también le metió el gusanillo de la bicicleta a su retoño. "A los seis años uno del pueblo me dio una bicicleta y hasta hoy", confiesa quien hoy es pupilo de Joxean Fernández Matxin. Llega a la Vuelta al País Vasco cargado de moral. Su triunfo en la Semana Coppi y Bartali y el séptimo puesto en la París-Niza evidencian su buen estado de forma: "Vengo muy motivado para trabajar con Damiano Cunego. Era un objetivo poder llegar a la Vuelta al País Vasco más o menos bien. Me siento bien y me siento cómodo. El recorrido es perfecto para mis características. Conozco el recorrido y me gusta mucho. Voy a ir día a día, sin pensar demasiado en objetivos concretos, pero, evidentemente, voy a intentar luchar por la general".
Italia ve en él a una de sus estrellas del futuro. Pero Diego Ulissi, con su sonrisa tímida y su trato cercano, no se despega del suelo a la hora de desgranar sus virtudes sobre la bicicleta: "Me gustan los recorridos con subidas no demasiado largas. No estoy acostumbrado a subidas prolongadas, es algo que todavía no he entrenado. No sé si en el futuro me convertiré en un corredor de carreras de un día o si me dedicaré a pruebas por etapas. Para este ciclismo moderno estoy trabajando mucho la crono, que está resultando decisiva. Me estoy adaptando para lo que pueda conseguir en el futuro". Ulissi proyecta la imagen del diamante por pulir. "Soy un corredor que tiene que evolucionar". En el último Giro de Italia, trabajando para Michele Scarponi "y sin preocuparme en exceso" consiguió terminar en el puesto 21 de la general. Puede que en su interior se esconda un corredor de tres semanas, pero declara que no le preocupa en exceso que lleguen o no los éxitos: "No me quita el sueño".
Esta semana puede convertirse en uno de los protagonistas de la Vuelta al País Vasco. Mientras tanto, entre etapa y etapa, le sigue preguntando a Matxin por la obra y milagros del delantero riojano. El tiempo dirá si Ulissi y Llorente comparten un mismo futuro: ser "invincibili".