esta ha sido la jornada de fútbol más larga que recuerdo. Comenzó el miércoles santo con malas noticias: la cuarta victoria consecutiva de un renacido Eibar (en un terreno de juego infame), aunque tres de ellas fueran logradas por un exiguo 1-0 y, según cuando lean estas líneas, aún no ha acabado. El grueso de la jornada se llevó a cabo el jueves donde el resultado más significativo fue el triunfo del próximo rival albiazul ante el Barakaldo que le supone aproximarse de nuevo a los puestos de play off. El día de ayer amaneció con una clara victoria del segundo clasificado que obligaba a hacer lo mismo al Alavés para mantener la ventaja. Hoy todavía quedan dos encuentros por disputar aunque ninguno atañe a la marcha de los alavesistas.
El encuentro en Mendizorroza entre el líder destacado del grupo pero con premuras por la proximidad de sus rivales, el Alavés, y el cuarto clasificado que necesitaba puntuar para no perder el puesto privilegiado que ocupaba, el Amorebieta, se saldó con poco más que buenas intenciones en una primera parte donde los alavesistas llegaron a desesperar con su juego parsimonioso, con lentitud y sin intensidad lo que llevaba a cometer imprecisiones en el pase, en el control y, como siempre, sin llegadas al área con peligro exceptuando una de Viguera. Lo demás, algún tirillo desde lejos de Jonan. Fue todo el bagaje ofensivo del Alavés en este periodo en que le estaba saliendo a las mil maravillas su famoso método. Por el contrario, el rival tuvo dos ocasiones que no se convirtieron en gol de milagro.
En momentos decisivos, el exceso de precaución puede ser tan malo como la temeridad. Así, al comienzo de la segunda parte, el conjunto vizcaíno se puso por delante en el marcador. De nuevo, ante un equipo apañado, tocaba remontar un encuentro que se había puesto cuesta arriba. Afortunadamente, el empate se consiguió enseguida y del posible 1-2 se pasó al 2-1 y con el rival en inferioridad numérica. Después, todo fue coser y cantar. El tercer gol llegó tras una espectacular jugada culminada por Sendoa que acababa de entrar en el terreno de juego. A partir de este momento el partido se le hizo largo al Amorebieta, muy largo, agobiado por la presión y buena colocación en el terreno de juego del equipo albiazul, por el resultado adverso y porque el tiempo jugaba en su contra. Los futbolistas del Alavés impusieron su ritmo y una mayor posesión de balón y todavía consiguió un cuarto después de una desafortunada acción del portero.
Los escasos aficionados que acudieron al estadio en este sábado de un macropuente lluvioso y festivo, que quieren ver a su equipo en lo más alto y con la diferencia más grande, no escondieron su enorme ilusión. Al final, lo que te queda es lo último que se ha visto. Desde el punto de vista deportivo fue una jornada muy productiva. Hemos sido capaces de mantener la diferencia con el segundo clasificado y por primera vez en toda la temporada se ha remontado absolutamente un resultado adverso.