el partido del domingo reflejó una superioridad absoluta del Joventut, tanto en acierto como en ganas, intensidad y tiempo de juego. Ver los 45 puntos de valoración de Oliver y Vives por los 9 de los bases baskonistas nos da una idea de la superioridad badalonesa en la dirección. Me da la sensación que el Caja Laboral creía que por físico iba a ganar y descuidó el orden y la disciplina táctica. Sólo cuando se vieron muy por detrás utilizaron sus mejores armas, como los bloqueos indirectos, el poste bajo para Nocioni y el pick and roll jugado por los aleros. A mí siempre me ha parecido fundamental en el basket que los jugadores sepan hacer las cosas en el momento adecuado, tanto cuando tienen el balón como cuando lo pasan. Y sobre todo ser capaces de no perder las ventajas que se ganan en los movimientos ofensivos y penalizar cualquier error de la defensa. Cuando un jugador finaliza una acción ofensiva, sea penetrar para doblar un balón a la esquina, dividir entre dos defensores para pasar a un hombre abierto o fintar un tiro para hacer saltar al defensor y penetrar, es en ese instante donde empieza la siguiente acción para ese mismo jugador, ya sea cortar al mismo lado del pase, cortar al lado contrario, fintar y abrirse, bloquear o seguir al balón. Salva Maldonado tuvo que tirar de cantera. El Joventut es el club que mejor la trabaja. Muy pocas veces vi a un jugador verdinegro que tras finalizar una acción con balón se quedara parado. En cambio, en el Caja Laboral vi jugadores estáticos, algo cansados, mirando al jugador con balón sin crear ningún tipo de ventaja y sobre todo sin focalizar la atención de la defensa. Esa actitud provocó que los jugadores baskonistas se tuvieran que enfrentar una y otra vez a acciones individuales en la fase central del encuentro, cuando el Joventut abrió brecha. Son errores más por falta de concentración que del sistema de juego. A eso hay que sumar que la segunda unidad tampoco aportó mucho. Las rotaciones no funcionaron. Causeur, el mejor del encuentro, no jugó en todo el último cuarto sin razón aparente. Si Nocioni tuvo que disputar 33 contra el segundo presupuesto más bajo de la liga es para reflexionar. Lampe estuvo desaparecido en combate. A Pleiss las faltas no le permitieron tener continuidad. Huertel estuvo horroroso y la defensa naufragó por todas partes. El Baskonia sigue teniendo mucho trabajo por delante para ser más regular. Y creo que los jugadores tienen que tener más confianza en la labor del compañero porque da la sensación que hay momentos de los partidos en que cada uno hace la guerra por su cuenta.