Vitoria. Fernando Alonso, si pudiera haber escogido un destino más allá del de ser un piloto campeón del mundo de Fórmula 1, una vida paralela, o una alternativa, se hubiera pedido haber nacido en el Japón de hace 1.000 años para ser un respetado samurái. Aquellos a los que se les atribuye el diestro arte de la katana, pero ciertamente eran arqueros montados a caballo. Aunque esto es lo que menos importa a Alonso. El asturiano sabe, porque se ha camaleonizado e impregnado de la cultura nipona ancestral, sobre lo espiritual de la figura del samurái, palabra cuya traducción es el que sirve. Léase, una vida destinada a una causa. Para Alonso, samurái del siglo XXI, portador de un tatuaje de uno de estos guerreros que le acapara media espalda, la causa es la reconquista del título de Fórmula 1. Quizás solo mediante esa filosofía, donde prevalecen la inteligencia y la fuerza de voluntad por encima del músculo -sustitúyase la palabra músculo por caballos de potencia-, sea capaz de mantener encendida la llama de la ambición, de la esperanza, a través de la entrega de cuerpo y mente, del servilismo pleno. "Este será mi año", reza exento de vacile. No obstante, el jefe del equipo Ferrari, Stefano Domenicalli, es más de la corriente del realismo, pragmático. "Si llegamos a Australia a dos décimas de los mejores de la parrilla, será una buena noticia". Asume que la Scuderia, con su remozado modelo F138, comenzará la temporada en inferioridad de condiciones, como el curso pasado, sin embargo, notablemente más cerca de la cabeza, que hace un año en la tanda de calificación del Gran Premio de Australia estaba en torno al segundo y medio de diferencia -fue 12º en el anterior pistoletazo de salida del Mundial-. De ahí que Alonso se ampare en la fe; se le han escapado tres títulos en la última carrera del campeonato (2007, 2010 y 2012) y el de la última campaña, por ejemplo, sin disponer de la máquina más deseada en ningún momento, facturando a solo tres puntos de la corona de Vettel.

todos contra red bull Red Bull llega a la línea de formación, de nuevo, como la referencia, la punta de lanza de la parrilla. Tiene su lógica más allá de sus tres títulos consecutivos con las inestimables manos de Sebastian Vettel (2010, 2011 y 2012) y muy a pesar de que los cambios en la normativa le afectan en este caso más que a nadie: es el último curso de un ciclo antes de dar paso a los nuevos motores V6 en 2014, por lo que la inversión en evolución se verá condicionada -en apenas ocho meses estos monoplazas serán piezas de museo-, y Red Bull cerró 2012 en Brasil por encima del resto. La escudería austríaca no ha proyectado estridencias durante la pretemporada, no se ha desmarcado con agudezas donde sí lo ha hecho Mercedes, de quien más progreso se augura -también a razón del pilotaje, de la destreza de Lewis Hamilton, cuyo horizonte se antoja bonito debido a que Mercedes será fabricante de motores en 2014, puede que la gran razón de su mudanza, aunque no descuidará de comenzar a sumar lo antes posible-, pero en la parrilla nadie duda de la capacidad del monoplaza alado y la capacidad de reinvención de Adrian Newey.

Cuestiones técnicas que cambian para esta temporada son la eliminación del DRS en las sesiones de clasificación o el alerón flexible, virtudes específicas del Red Bull y que mermarán su potencial. Recordar que desde la entrada del actual suministrador de neumáticos Pirelli en 2010 ha firmado todos los títulos en juego, y 28 victorias y 41 poles de 58 posibles, si bien, el DRS se introdujo en el reglamento en 2011. De modo que no por ello deja de situarse como prototipo a batir.

Para más inri, la autoestima en Red Bull es tal que su propietario, Dietrich Mateschitz, dice que "si Vettel no quisiera trabajar con nosotros nunca más, sería absurdo tratar de retenerle tan solo por un contrato vigente", y añade: "Si yo fuese piloto de F-1 mi deseo sería el de convertirme en piloto Ferrari, pero, ahora mismo, no es un problema". Un despeje de la responsabilidad, que no a la inversión, más de 1.900 millones de euros en los ocho años de vida de la escudería, el precio del éxito, a pesar de todo, nada alarmante respecto a McLaren o Ferrari. Con todo, Vettel larga de máximo candidato, y Mark Webber como un más que digno escudero, y quién sabe si hay en el australiano, abuelo del campeonato, un plan B para su equipo.

Hasta la fecha, solamente dos pilotos en los 63 años de memoria de la F-1 han enlazado cuatro títulos, Juan Manuel Fangio, aunque con tres marcas diferentes (Maserati, Ferrari y Mercedes), y Michael Schumacher en Ferrari. Es la empresa de Seb, seguir quebrando récords absolutos y de precocidad.

McLaren, por su parte, ha llevado a cabo la apuesta por la juventud del mexicano Sergio Checo Pérez -que viaja con el apadrinamiento del tipo más rico del mundo según Forbes, Carlos Slim-, sobre quien hay máxima expectación. Mientras, Jenson Button tiene la historia de su parte al empezar el año ganando en Australia en tres de las cuatro últimas ocasiones, lo que, de repetirse, sería un tremendo impulso para la fábrica y sus aspiraciones. El excampeón de 2009 vuelve a asumir el papel de líder, a priori, por su veteranía, pero no podrá dormirse en los laureles con el Checo Pérez en su garaje.

Cinco debutantes En términos generales, solo cuatro escuderías han conservado sus filas (Ferrari, Red Bull, Lotus y Toro Rosso) en un curso donde habrá cinco debutantes (el mexicano Esteban Gutiérrez, 3º en la GP2 de 2012; el finlandés Valteri Bottas, campeón de 2012 de la GP3; el holandés Giedo Van der Garde, 6º en la GP2 de 2012; el francés Jules Bianchi, subcampeón de la Fórmula Renault 3.5, y el británico Max Chilton, 4º en la GP2 de 2012) y diez nacionalidades representadas. Y el cambio más ilusionante es, además del de Sergio Pérez, que con 23 años y dos años de experiencia en el Gran Circo está ante la oportunidad de su vida, el de Lewis Hamilton.

El inglés espera cambiar el destino de Mercedes. Ha dejado atrás seis años en McLaren para volver a ser campeón del mundo. De él se espera mucho, no un año de pasaje, como también de la cosecha del ingenio del patrón Ross Brawn, ideólogo del bólido Brawn ganador de 2009. Una esperanzadora conjunción. Incluso de Nico Rosberg, que no puntuó en las últimas seis pruebas del Mundial, pero ha generado expectativas durante la pretemporada. "Las sensaciones del coche son mejores respecto al año pasado", dice el testimonio de Rosberg, con mayor criterio que el del novedoso Hamilton. Si bien, por estas fechas nadie se desmarca del discurso que vende el mayor de los optimismos.

Kimi Raikkonen se erigió en revelación de 2012 tras su retorno a la F-1 después de los rallys y en Lotus hay confianza sobre la posibilidad de subirse al podio ya mismo, en Melbourne. No es descabellado tras concluir tercero Iceman en el extinto campeonato.

La desaparición del equipo español HRT ha restado al paddock un equipo y dos pilotos. Force India, Sauber, Williams y Toro Rosso continuarán con su particular campeonato, tratando de instalarse en la zona de los puntos y buscando asomarse a los podios, siendo Marussia y Caterham los llamados a ocupar la cola de las tablas clasificatorias. Además, la innovación, cualquier sorpresa, está bastante condicionada a la venidera época de cambio, porque ciertamente 2013 será un año de transición hacia la revolución y la radicalidad de 2014, nacimiento de la era de los motores V6. Entretanto, en cuanto a reglamentación, para el presente se han retocado aspectos como el peso mínimo de coche-piloto, que pasa de 640 a 642 kilos, la reducción en el número de eliminados en la Q1, así como un incremento del ritmo en alrededor de un segundo y medio por vuelta, merced a los nuevos compuestos para los calzos Pirelli.

¡A la reconquista!

Alonso y compañía buscan desde mañana en Australia (7.00 horas) cercenar la racha de tres títulos de sebastian Vettel (Red bull)

Los Red Bull parten de nuevo como favoritos pero se prevé más equilibrio

Alonso arranca más cerca de la cabeza que en 2012 y convencido de sus posibilidades

arranca la temporada 2013

fórmula 1

Fernando Alonso, pilotando ayer su Ferrari en el circuito de Melbourne. foto: EFE/JOE CASTRO

calendario

Gran PremioFecha-hora

1. Australia15-17 de marzo (07.00 h.)

2. Malasia22-24 de marzo (09.00 h.)

3. China12-14 de abril (09.00 h.)

4. Bahrein19-21 de abril (14.00 h.)

5. Catalunya10-12 de mayo (14.00 h.)

6. Mónaco23-26 de mayo (14.00 h.)

7. Canadá7-9 de junio (20.00 h.)

8. Gran Bretaña28-30 de junio (14.00 h.)

9. Alemania5-7 de julio (14.00 h.)

10. Hungría26-28 de julio (14.00 h.)

11. Bélgica23-25 de agosto (14.00 h.)

12. Italia6-8 de septiembre (14.00 h.)

13. Singapur20-22 de septiembre (14.00 h.)

14. Corea4-6 de octubre (08.00 h.)

15. Japón11-13 de octubre (08.00 h.)

16. India25-27 de octubre (10.30 h.)

17. Abu Dhabi1-3 de noviembre (14.00 h.)

18. Estados Unidos15-17 de noviembre (20.00 h.)

19. Brasil22-24 de noviembre (17.00 h.)

arranca la temporada 2013