vitoria. Faltaban aún tres minutos para el final del partido cuando el millar de espectadores que poblaba ayer las gradas del BAKH se levantó a aplaudir al unísono. Luka Doncic, joven escolta del Real Madrid que cumplirá 14 años a final de mes, se retiraba al banquillo tras haberse convertido en el MVP de la final con una actuación memorable, la enésima de un torneo en el que el jugador esloveno ha destacado a años luz del resto de jugadores. Con él como punta de lanza, el equipo merengue se proclamó campeón de la Mini Copa tras imponerse al Barcelona por 47-71, poniendo punto final a una competición en la que no ha tenido rival.

Los que se hayan acercado a la ciudad deportiva del Baskonia para ver jugar al hijo del exinternacional esloveno Sasa Doncic recordarán que fue en Vitoria donde vieron por primera vez a un chico que, si nada se tuerce, tiene todas las papeletas para convertirse en una estrella. Sus números durante la competición hablan por sí mismos: 24,5 puntos, 13 rebotes, 4 asistencias, 6 robos y una valoración media de 38,5 por partido. "Es quizá desde Ricky Rubio el mayor talento que ha pasado por una Mini Copa. Ha sido absolutamente dominante incluso sin necesidad de tener que poner sobre la pista todo el esfuerzo. De hecho, creo que ha jugado a un 50% de sus posibilidades", explica Jon de la Presa, periodista de Solobasket especializado en las jóvenes promesas del baloncesto continental.

Acostumbrado a diseccionar a los jugadores llamados a abrirse paso en el mundo de la canasta, De la Presa ve en Doncic las cualidades que a su edad ya mostraron jugadores hoy consagrados. "Tiene mucho talento físico y técnico, es muy rápido de cabeza y cuenta con una serie de fundamentos cuando va al aro espectaculares, a la par de una visión difícilmente localizable en un jugador de su edad. Sin embargo, tiene una serie de debes en los que trabajar mucho y hay que recordar que tan solo es un niño de 14 años. Eso sí, talento tiene y es descomunal. Según Pablo Laso, es el mayor talento que ha visto en su vida con esa edad", recuerda este periodista alavés. Los expertos en formación recomiendan siempre andar con pies de plomo en lo que este tipo de niños respecta, pero resulta complicado ponerse en la piel de un chaval que acaba de brillar a semejante nivel prácticamente sin despeinarse. Ayer, antes de dirigirse al vestuario, mientras el resto de sus compañeros celebraban el título sobre el parqué, Doncic se dedicaba a hacerse fotos con los espectadores que habían bajado de la grada para tener una instantánea a su lado. Él los atendía con la sonrisa propia de un niño. Una sonrisa que, como decía el gran Andrés Montes, es indivisible de los grandes jugones.

La Mini Copa ha ejercido estos días de eje de rotación para los amantes del baloncesto y la cantera. A lo largo de tres días la cancha del BAKH ha congregado las miradas de jugadores, entrenadores, aficionados y curiosos en general. Dejando a un lado el efecto Doncic, el desequilibrio entre los ocho filiales ha marcado notablemente la competición. "Realmente el nivel de los equipos no me ha parecido muy alto, con una serie de conjuntos muy equilibrados como Gran Canaria, Estudiantes y Barcelona un peldaño por debajo el resto, y muy por encima el Real Madrid. Un grupo muy bien montado en el que Doncic ha estado integrado en la dinámica del equipo y no ha absorbido el juego como se podría esperar", subraya Jon de la Presa antes de nombrar a dos jóvenes que, sin llegar al nivel del esloveno, también se han erigido en figuras de esta Mini Copa 2013: "En el Gran Canaria Acoydan McCarthy puede tener futuro. Un escolta negro fuera del estereotipo de físico exuberante tan típico en cantera en los últimos años. También se le han visto buenos detalles al serbio en prueba del Barcelona, Adrija Marjanovic, con un físico en crecimiento (1,95 metros) muy interesante para un exterior puro". Sólo el tiempo dirá si las jóvenes promesas que han pasado estos días por Vitoria acaban brillando como profesionales con la misma intensidad. Por ahora, el talento se abre camino.