Vitoria. calumnia, que algo queda. Esa es la sensación que subyace en el seno de la Real Sociedad, y sobre todo entre sus seguidores, a raíz de las denuncias realizadas por Iñaki Badiola, efímero y desacreditado expresidente del club txuri urdin cuando el equipo estaba en Segunda División, en 2008, acusando a los anteriores gestores de la entidad de suministrar a los jugadores productos dopantes adquiridos al controvertido médico canario Eufemiano Fuentes y pagados con dinero negro.
Al amparo del eco mediático provocado por del juicio de la Operación Puerto, Iñaki Badiola ha desempolvado viejos papeles para airearlos principalmente en los medios de comunicación de Madrid, donde se le ha dado verosimilitud por coincidir alguno de sus datos con las crípticas anotaciones de Fuentes.
En el manuscrito encabezado con el título Cuentas Asti (registro que alude supuestamente a José Luis Astiazaran, actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional y presidente de la Real entre 2001 y 2005), Eufemiano contabiliza una serie de ingresos en enero, febrero y abril de 2002 destinados a la adquisición de medicamentos alemanes que coinciden con los apuntes de la supuesta caja B de la Real, un desembolso de 327.443,76 euros a nombre de Antxon Gorrotxategi, entonces médico de la Real, recogidos en la auditoría encargada por Badiola a Ernst&Young en 2008, cuando accedió a la presidencia del club donostiarra, y que cuadran con las investigaciones de la Operación Puerto sobre Markus Choina, quien procuró al doctor canario sustancias prohibidas vinculadas en otro papel a la clave Rsoc.
En sus declaraciones en el juicio, Eufemiano Fuentes no quiso aclarar a qué o quién correspondía esta anotación, y se limitó a responder con ironía que Rsoc se refería a un "buen vino", alimentando el fuego que propaga Iñaki Badiola.
En consecuencia, miembros de la Agencia Estatal Antidopaje (AEA) han anunciado que citarán a Badiola y probablemente a jugadores txuri urdin de aquella época, para recabar información al respecto.
De puertas afuera, Badiola ha conseguido ahora, al calor de la Operación Puerto, lo que no logró en 2008. Asociar el nombre de la Real Sociedad al dopaje y al uso de dinero B en plena eclosión del Caso Bárcenas. Pero de puertas adentro, el expresidente de realista se ha convertido en una especie de apestado social.
la mala prensa Porque la vinculación de la Real con materias tan sensibles ya recorre el mundo, sea o no cierto. Sus jugadores y los medios de comunicación donostiarras dan por descontado que los hinchas de los equipos rivales le sacarán cantares poco gratos de oír. El diario L'Equipe, por ejemplo, informó del asunto en lugar destacado bajo el título Sospechas sobre la Real Sociedad, ilustrando el tema con una foto de Xabi Alonso en un partido contra el Sevilla disputado en Anoeta en 2003. Precisamente aquel año la Real acabó en segunda posición el campeonato liguero, por cuyo título peleó con el Real Madrid hasta el final. Una campaña espléndida que también queda en entredicho.
Para el club blanquiazul el daño ya está hecho, por mucho que las fuerzas interiores reaccionen para aplacar las consecuencias.
Para empezar, los diez miembros que componían el consejo de administración cuando Badiola ejerció la presidencia sacaron el pasado martes una nota pública para desvincularse de las manifestaciones de su antiguo compañero, además de censurarlas. Tanto la Real como los dos médicos implicados en la supuesta compra de medicamentos ilegales, Eduardo Escobar y Antxon Gorrotxategi, además de José Luis Astiazaran, estudian emprender medidas legales contra Badiola.
Pero resulta que el expresidente de la Real efectuó estas mismas acusaciones en una Junta directiva realizada en junio de 2008 y dos meses después se retractó, afirmando que los productos adquiridos eran legales y pidiendo perdón públicamente a los médicos afectados. Ahora, después de encender la mecha y en plena deflagración, Badiola añade a través de Twitter que espera que le entiendan; que su campaña no va ni contra la club y mucho menos contra su afición, además de pedir disculpas.
Es decir, como en 2008, Iñaki Badiola lleva camino de retractarse después de montar el escándalo, solo que ahora, acodado a la Operación Puerto, todo esto ha tomado una dimensión internacional.
caso jesuli Su paso por la Real fue tan efímero como intrascendente, salvo por los escándalos protagonizados. Y no lo fue menos el que montó en diciembre de 2008 cuando acusó al central del Tenerife Juanma de cobrar una prima por dejarse ganar en el último partido de la Liga anterior contra el Málaga, que se disputaba el ascenso a Primera División con la Real. El triunfo malacitano por 2-1 dejó sin ninguna opción al cuadro guipuzcoano y permitió al equipo andaluz su regreso a la máxima categoría.
La acusación de Badiola se basó en una grabación que realizó de una conversación personal mantenida con Jesuli, exjugador de la Real y entonces en las filas del Tenerife, en la que el exfutbolista sevillano le dijo que habían cobrado 6.000 euros de prima por dejarse ganar.
El Málaga amenazó a Jesuli con una querella. El exfutbolista se retractó públicamente y acusó a Badiola de cometer una ilegalidad al grabar una conversación privada sin su consentimiento.
El escándalo acabó en agua de borrajas cuando el 12 de junio de 2009 la fiscalía Anticorrupción de Málaga, que a instancias del Comité de Competición tomó cartas en el asunto, decidió archivar las diligencias abiertas.
Iñaki Badiola durante la junta general de accionistas que le llevó a la presidencia de la Real, en 2008. Foto: dna
A Badiola le han vuelto la espalda hasta sus excompañeros de junta, pero el daño está hecho
En 2008 la montó con el 'caso Jesuli', presunta compra de un partido archivada por la fiscalía