Cuando dos pelotaris de la altura de Oinatz Bengoetxea y Mikel Beroiz hablan abiertamente en rueda de prensa de errores y de "hacer 25 tantos para ganar" la cosa pinta seria. Tanto el leitzarra como el de Huarte, pocas veces han echado la culpa al empedrado para quitarse méritos en una derrota. Serios y respetuosos, nunca se abrazan a echar balones fuera cuando pintan bastos. Así las cosas, entre un público aterrador -porque provoca terror- y errores de bulto en materia de arbitraje, la pareja de Asegarce tuvo que hincar la rodilla ante Titín III y David Merino, héroes en Logroño, mitos vivientes, con el apoyo de la cátedra a muerte; no en vano, dicen desde las butacas de cancha de cualquier otro frontón, que "aquellos no son aficionados solamente, son hooligans". El debate, de nuevo, se ha abierto tras caer aquel día en varios errores, que previsiblemente pondrán bajo la lupa a los jueces que tengan que ejercer mañana en el Bizkaia de Bilbao, donde se encuentran Berasaluze VIII-Albisu y los protagonistas de Logroño.

Cuenta José Ángel Balanza, Gorostiza, técnico de Asegarce y presente en el duelo del pasado sábado que "está claro que los jueces no lo hacen a propósito, pero el entorno, el Adarraga, la gente... Siempre te influye a la hora de tomar decisiones". De este modo, la historia y la hemeroteca explican que hubo cuatro decisiones inexplicables. La más lacerante y "más escandalosa", comentan manistas desde la trastienda profesional, "fue la vuelta que no se dio, que favorecía a Oinatz Bengoetxea y Mikel Beroiz. Al final, cuando das una, tienes que dar la otra". Estuvo presente el técnico riojano de Asegarce en la silla de sus pupilos y también tuvo que avisar a los jueces de tarjetas que sus adversarios, cucos, se habían sentado a descansar cuando tenían todas las peticiones de ir a la silla agotadas. "Se pueden acercar al stand de la Coca-Cola a beber algo; pero nunca sentarse", declara. Entonces, tuvo que actuar Gorostiza, acercándose a los árbitros para comentar tal irregularidad, aunque "ese no es un error decisivo, ni mucho menos".

Los fallos de percepción claros ocurrieron antes, con dos alcanzadas al segundo bote de Titín dadas por buena. "En una dijeron que casi la alcanza al tercero", dice el técnico. Y una estorbada sí pitada, por otra ignorada. "La más decisiva, sin duda alguna, viene con el 19-20". Fue cuando Oinatz echó una pelota desde el ancho, quedó muerta al txoko y el riojano la alcanzó ilegalmente. De colocarse 19-21 en un partido romo de Oinatz, a situarse abrazados en la veintena sin saque. Un perjuicio claro. "Yo es la primera vez que veo a Mikel de ese modo", especifica Gorostiza. "El problema viene cuando no solo influyen esas decisiones en las parejas que se miden directamente en el Adarraga, sino que también repercute en la tabla clasificatoria. Ahora todo está más apretado, dejando las cosas aún más abiertas de cara a entrar en semifinales", remacha. Ojalá que no se tengan que acordar Oinatz y Beroiz de este partido cuando llegue la última jornada.

En el mundo de los jueces remiendan, por su parte, que "hay que ser también empáticos y tener en cuenta que para entender esa toma de decisiones hay que ponerse en el pellejo de los que estamos ahí". "Hay que contar con los factores que dan influencia en los jueces. Siempre existe la tensión, saber que te encuentras ante un partido crucial...", concretan y analizan que "también debemos darnos cuenta de que la colocación influye mucho a la hora de decidir".

Vistos los hechos, el rearbitraje puede suponer una solución. Desde diferentes vertientes se cree en ello. Se testó el sistema Begira en el Astelena de Eibar en abril de 2010. Y se desestimó la historia por el mal tejido económico que asola el panorama. "Desde mi punto de vista es una herramienta muy válida para los jueces porque les facilitará la labor y resolverá las dudas que pueda haber. Además, no hay dudas, de que enriquece el producto televisivo, lo hace más atractivo", consideraba entonces Fernando Lopetegi, productor de ETB y con una amplia experiencia en las retransmisiones deportivas. El halcón, que puso en liza para la pelota la promotora G-93 eibarresa, despegó años antes y en mayo de 2010 quedó varado pues su coste era demasiado alto.

Ocurre que, situándose en la nevera tal novedad, existe la oportunidad de colocar un monitor de televisión en la mesa del tercer juez para que tenga la posibilidad de rearbitrar con las imágenes televisivas. "Seguro que nos quitamos muchos problemas de encima", explican desde el estamento arbitral, pero la verdadera incertidumbre viene al cuestionar que algunos partidos son sin retransmisión televisiva de ETB o Bainet, por lo que quedarían huérfanos en ese caso. "Tiene que ser o en todos los duelos, o en ninguno, para no desvirtuar un partido u otro", declaran.

Sin embargo, Gorostiza concreta que "perfectamente se puede rearbitrar con el tanto acabado. Se podría consultar para evitar errores y tomar como apoyo ese monitor de televisión". Apela el técnico de Asegarce a incluir en la toma de decisiones al juez de mesa. "Con la televisión incorporaríamos una solución poco costosa que facilitaría ciertas decisiones", relata Balanza, quien sostiene que "sería una forma fácil de ayudar a tomar decisiones cuando el tanto ya está terminado".