Araia. Garbiñe Uriarte nació en Araia, lo que significa que, desde niña, contempló desde primera fila las altivas peñas que dominan el pequeño país de Asparrena. Ailarte, Ailaitz y Umandia, la Peña Albéniz y, un poco más allá, la Peña Olano, bajo la cual se encuentran las paredes de Egino, junto a Ilarduia, en las que se abre la boca de La Leze, literalmente la cueva, que traspasa de parte a parte la montaña. Garbiñe estudió Bellas Artes en la Universidad del País Vasco y, una vez obtenida la licenciatura, se dedicó al diseño y a impartir clases de pintura y de historia del arte. Fue la ganadora del concurso para el cartel de las fiestas de La Blanca de 1994. Y, sin embargo, hace unos ocho años, en su Araia natal, sintió la llamada de la montaña a través de unos amigos que se dedicaban a la escalada. Decidió iniciarse en ese mundo, cómo no, en las paredes de Egino, pero también en los rocódromos donde fue adquiriendo la técnica necesaria para la práctica de este arriesgado y, a la vez, apasionante deporte. Tras eso vendrían los Mallos de Riglos, en el valle del río Gállego, en Huesca, escalada en roca y en hielo en Pirineos y, más tarde, salidas a países como Marruecos y Eslovenia.
El escalador es, desde luego, un montañero, pero va un poco más allá en su afición, puesto que mientras el montañero busca alcanzar una cima y si para ello necesita llevar a cabo alguna trepada lo hará, la vocación del escalador es superarse a sí mismo dominando lo inverosímil, probando nuevas vías para llegar al mismo sitio. En definitiva, si hay camino, el montañero irá por el camino, por duro que sea, pero el escalador subirá por el otro lado, por la pared, aprovechando los mínimos salientes de la roca para asirse, a veces con la punta de los dedos, apoyando el extremo de sus pies, enfundados en esas zapatillas que ellos llaman pie de gato, muy ligeras, flexibles y adherentes, gracias a las cuales el escalador puede sentir la pared, notando los pequeños salientes de la roca. Y cuando haya logrado realizar la trepada por esa vía, buscará otras, confirmando que la escalada, además de técnica y preparación física, es pasión.
Desde el principio de su andadura como escaladora, Garbiñe sintió que, en el territorio histórico de Álava, faltaba información sobre este mundo, que era necesario algo que orientase a todos aquellos que quisieran adentrarse en él. Existía una guía, publicada hace más de quince años por Vicente Perales, pero desde entonces se han abierto nuevas zonas de escalada y otras se han modificado, por lo que era necesaria una revisión, para actualizar los conocimientos y ofrecer nuevas alternativas bien documentadas. Así es que Garbiñe unió su faceta de escaladora con la de diseñadora gráfica y se propuso crear un manual que mostrase todos los lugares de Álava donde se puede escalar de forma adecuada y con garantías, es decir, preparados para ello. Hay que tener en cuenta que en Álava no sólo hay un buen número de escuelas de escalada, que es como ellos llaman a los lugares idóneos preparados para la práctica de este deporte, concretamente once, sino también mucha afición, que habitualmente desarrolla su actividad en los rocódromos de polideportivos y centros cívicos.
Los mejores riscos Antoñana, con dos zonas, Sierra de Cantabria, con seis lugares de escalada, Egino, Valdegovía, con dos áreas, Atauri, Apellániz, Santa Cruz de Campezo, Oro, y Subijana, son los sitios donde puede practicarse la escalada. De todos ellos, las que están consideradas como de mayor calidad son las de Villanueva de Valdegovía y Atauri.
Garbiñe Uriarte lo ha hecho ella todo, desde la recopilación de información a los planos y dibujos, los textos y la maquetación. También la publicación, porque es ella la editora de esta Guía de Escalada, que ha financiado en parte con publicidad, ya que no ha contado con apoyo alguno por parte de las instituciones del territorio.
En definitiva, esta Guía de Escalada de Álava es una recopilación de las diferentes zonas de escalada, que los aficionados a esta práctica deportiva pueden encontrar en Álava. Aporta toda la información de cada área, incluyendo sus restricciones y accesos más adecuados. En palabras de su autora, "va dirigida tanto a quienes empiezan en este deporte, como a los que habitualmente lo practican, así como a aquellos que viajan en busca de nuevas vías".
Para la realización de su Guía, Garbiñe Uriarte ha contado con la colaboración de escaladores de renombre, como los hermanos Iker y Eneko Pou, Juan Vallejo y Simón Elías, quienes le han aportado su conocimiento y experiencia. Un trabajo desarrollado durante tres años, indispensable para todo aquel que quiera practicar la escalada en Álava.