madrid. El Real Madrid ha pasado en pocos meses de la fiesta por el trigésimo segundo título liguero a la depresión y la polémica en la que se encuentra sumido a final de 2012 por encontrarse a dieciséis puntos del Barcelona. Sin alcanzar aún la mitad de la temporada, el equipo se encuentra sumido en la depresión con la Liga perdida y con Mourinho en el disparadero mediático, tras dejar en el banquillo a Iker Casillas en La Rosaleda.

Las sensaciones, aunque aún quedan por delante la Copa del Rey (debe remontar un 2-1 adverso) y la Liga de Campeones (se medirá al Manchester United en octavos), son negativas. El tercer año de la era Mou comenzó y sigue convulso, con terremotos internos y la Liga inalcanzable antes de Navidad. Mourinho asegura que no va a dimitir ni teme por su puesto.

En La Rosaleda admitió que el fútbol no tiene memoria, ni los títulos ganados. Aseguró que se iría si sintiese que sus pupilos no le quieren.

Para justificar tantos tropiezos, se refirió a la mala fortuna. Está claro que este Real Madrid, por juego y acierto, dista un mundo del que se proclamó campeón hace menos de medio año. Para colmo, la situación fuera del campo, la paz que reclamó el presidente, Florentino Pérez, para huir de la tensión, no solo no ayuda, sino que complica notablemente el presente y el futuro inmediato. El Real Madrid ha perdido ya en Liga 18 puntos, cuando en toda la campaña pasada cedió catorce.

Sin el fútbol y la eficacia suficientes, con Mourinho en el disparadero, El Real Madrid está obligado a recomponerse tras las vacaciones navideñas y echar mano del orgullo para al menos entrar en la pugna por el segundo puesto liguero, progresar en Copa y mantener vivo el anhelo de la Décima, por otra parte el gran objetivo del club para esta temporada. Le espera el líder inglés, el Manchester United, y su Teatro de los Sueños. La anterior casa de Cristiano Ronaldo. Donde han escrito páginas brillantes grandes referencias del club como Fernando Redondo, Ronaldo y compañía. Pero para entonces las cosas deben cambiar notablemente.

El personaje del día de ayer fue Iker Casillas, quien reconoció ayer tarde en el Palacio de los Deportes que "más o menos a lo largo de la semana podía intuir" que no iba a ser titular en La Rosaleda ante el Málaga, donde el Real Madrid perdió por 3-2. Era la primera vez en una década que se quedaba fuera del equipo por motivos técnicos, que son con los que Mourinho justificó su suplencia. Casillas admitió que no estaba "acostumbrado" a esta situación, pero que "por encima de todo el mundo, de Iker y de cualquier jugador, está el equipo". El capitán de la selección española apuntó que el técnico es el que "decide" a los jugadores que cree oportunos para cada partido y, sobre su decisión, afirmó que hay que "aceptarla" y "seguir trabajando", "entrenar mucho más" e "intentar recuperar esa confianza que tienes que tener con el entrenador". Reconoció que Mourinho no le dijo nada. "No hay que dar ninguna explicación cuando tienes que jugar y tampoco cuando no lo haces", indicó Casillas, que añadió que sus compañeros le dieron "todo el apoyo".

Iker Casillas, pensativo, sigue desde el banquillo el encuentro en La Rosaleda. Foto: efe

las curiosidades

l Enfrentamiento. Mourinho y Casillas tuvieron su primera enfrentamiento cuando el portero llamó a Xavi para recomponer las relaciones, muy dañadas tras varios 'clásicos' muy tensos entre ambos equipos.

l Mourinho pidió un portero. El entrenador pidió el fichaje de un portero que pudiera competir con Iker Casillas y en el club valoraron que se podía contar con Adán.

l La directiva no se mete. Fuentes del club reconocieron ayer tras el partido que no se van a inmiscuir en las decisiones de Mourinho.

la cifra

8

l Años. Desde el 18 de septiembre de 2004, ante el Espanyol, Casillas no era suplente en Liga.