vitoria. Más de siete meses después de la primera reunión para tratar el asunto, la empresa Euskaltel, que asume desde hace tiempo la gestión del equipo World Tour de cara a las próximas cuatro temporadas, y la Fundación Euskadi se vuelven a sentar hoy para aclarar el último y único punto de fricción entre ambas partes y completar así, definitivamente, la transición. Se reúnen para desatascar las negociaciones sobre el traspaso, o venta, de la flota de vehículos, cuatro autobuses, un camión y una roulotte que pertenecen a la Fundación que preside Miguel Madariaga y necesita el conjunto naranja para arrancar la temporada.

La necesidad de ambos por llegar a un acuerdo marca las conversaciones. Para Madariaga, según reconoció ayer en Euskadi Irratia, resulta imperativo cerrar la venta de los vehículos para poder pagar las dos últimas nóminas de los corredores -todos tienen contrato con la Fundación Euskadi hasta el 31 de diciembre antes de pasar a pertenecer a Basque Cycling Pro Team, la sociedad sobre la que se asentará desde 2013 el equipo-, que no han cobrado el mes de noviembre y tampoco lo harán en diciembre de no llegar a un entendimiento con Euskaltel. "No solo no han cobrado los corredores, sino tampoco ningún trabajador de la Fundación", dijo ayer Madariaga; "No tengo de dónde sacar el dinero. Los autobuses son mi salvación y la de los corredores. Es una necesidad prioritaria. Tenemos que llegar a un acuerdo porque no veo otra salida".

Las nóminas correspondientes a noviembre y diciembre que tiene que abonar Madariaga rondarían los 800.000 euros, que sería, aproximadamente, el valor en el que ha tasado los seis vehículos y, a la vez, el punto de fricción entre la Fundación y Euskaltel, que consideraría excesivo ese precio.

"El problema no es solo mío, es de todos", abundó ayer el presidente de la Fundación Euskadi. "Euskaltel tiene en sus manos reconducir esta situación. No sería un buen inicio -para el nuevo proyecto-. Pero antes de llegar a ese punto entre todos tenemos la oportunidad de hablar y corregir este asunto. Tengo la esperanza de que todo se solucione antes de fin de año".

El acuerdo también urge a Euskaltel-Euskadi, que la semana pasada tuvo que pedir prestados los autobuses a Madariaga en la primera puesta en escena del equipo y ahora necesita contar con esa flota cuanto antes para comenzar la temporada.

El entendimiento entre ambas partes, como subrayó ayer Madariaga y como desea que ocurra Igor González de Galdeano, es el camino más racional porque solucionaría las urgencias de ambos. La Fundación necesita el dinero para tapar ese agujero económico, aunque no evitará que tanto el equipo continental como el aficionado salgan "bajo mínimos"; y para Euskaltel es el único modo de tener una flota de autobuses a la medida del proyecto toda vez que, según explican desde Euskaltel, no se contempla la posibilidad de comprar los vehículos de la Once que pertenecen a Manolo Saiz, aunque sí reconocen haber realizado una visita al cántabro en busca de un vehículo que no figura en la flota que enfrenta a la Fundación y al nuevo Euskaltel y hace incompleta la transición.

Los autobuses son el punto de fricción entre Euskaltel y la Fundación. Foto: j. Lazkano

La Fundación no puede abonar las dos últimas nóminas del año, en torno a 800.000 euros