Jon Jaunarena (Leitza, 1992) completó el sábado en el Labrit un año mágico en el que ha ganado los tres títulos más importantes de Segunda: el Parejas, el
vitoria. Tiene 20 años, un pasado glorioso en las categorías inferiores, un presente brillante y un futuro prometedor. Se trata de Jon Jaunarena, otro leitzarra que brilla en el panorama pelotazale a la estela de Abel Barriola y Oinatz Bengoetxea. Ayer, apenas 24 horas después de ganar el Cuatro y Medio de Segunda, el tercer gran título que conquista en 2012 en su segundo curso como profesional, el delantero de Aspe hacía balance. Del partido que el sábado le dio la txapela de la jaula de plata ante el riojano Álvaro Untoria, de su exitosa trayectoria en la presente temporada y del futuro que le espera. Eso sí, después de haber celebrado su triunfo en Leitza. "La ocasión lo merecía", señalaba antes del análisis.
Tras el partido del sábado, dijo que no todavía no se creía lo que había hecho: ganar en un mismo año el Parejas, el Manomanista y el Cuatro y Medio de Segunda. Un día después, ¿sigue pensando lo mismo?
Todavía estoy en una nube. Piensas que has ganado todo pero... No sé cómo explicarlo. Estoy muy contento y feliz.
Se trata de un hito que hasta ahora solo habían conseguido en Primera Julián Retegui y Juan Martínez de Irujo...
Toda la gente me está comentando eso. Para mí es algo muy bonito y no me lo esperaba porque en mi primer año de profesional no anduve muy fino en los campeonatos. Sin embargo, este año he ganado los tres. Es algo muy grande. Y solo con que mi nombre aparezca mencionado junto al de Julián y al de Juan, aunque ellos hicieron lo mismo pero en Primera, es un orgullo.
Tiene solo 20 años y mucho tiempo por delante para poder emular lo que hizo Retegui con 36 años e Irujo con 25.
Eso ya es más difícil, pero no va a ser por no intentarlo. Trabajaré todo lo posible e intentaré mejorar para estar a la altura de quien sea y dar guerra lo más arriba posible.
De las tres finales que ha ganado este año, la del Cuatro y Medio ante Untoria ha sido la más apretada en el marcador.
Así es. En el mano a mano contra Ezkurdia creo que le dejé en 16 y en la del Parejas (junto a Cecilio) en 14 (a Olazabal y Larrinaga). Además es en la que más he sufrido y la verdad es que fue un partido muy duro. En las tres finales he sufrido bastante, pero, en la del Cuatro y Medio, como el marcador era más apretado, psicologicamente sufrí más. Pero dicen que las victorias saben mejor cuando sufres tanto, aunque me habría gustado sufrir un poco menos (risas).
Terminó el partido con una dejada y se giró rápidamente hacia su botillero, Abel Barriola. ¿Por qué?
Me dio por ahí. En todo el partido noté que me ayudaba mucho y me daba mucho apoyo. Todas las cosas que me decía que hiciera me vinieron bien y en eso momento me salió eso. Fue como dedicarle el triunfo. Fue por eso, porque me ayudó muchísimo e hizo un gran trabajo con los consejos que me dio, pidiendo los descansos en los momentos acertados y diciéndome lo que tenía que hacer, a veces que arriesgara y otras que sujetara.
¿Es Abel Barriola un buen consejero?
Sin duda. Soy mucho más joven que él y ha jugado muchos más campeonatos que yo. Ha librado muchas batallas y desde fuera ve muy bien las cosas. En la final me ayudó mucho y el trabajo que hace conmigo como botillero es muy grande.
Repasemos la final del sábado contra Untoria. ¿Qué pasó para que se le torcieran las cosas después de comenzar el partido con un parcial de 7-0?
Habría preferido empezar 7-0, seguir 14-5 y acabar 22-10 (ríe), pero en una final nunca se sabe. Hay que pelear mucho y sabía que en algún momento Untoria iba a empezar a jugar y que no iba a tener tanta ventaja durante todo el partido. A partir de ese momento él comenzó a jugar bastante mejor y yo, por la presión o por ver que se acercaba en el marcador, fallé alguna pelota y fue duro. Después hice dos o tres acciones en las que jugué bien, tomé un par de tantos de ventaja y, aunque se me acercó otra vez al final, creo que jugué bien.
Pero hubo dos veces en las que Untoria se puso por delante (11-12 y 13-14). ¿Pensó en que se le escapaba el triunfo?
Siempe se te pasa por la cabeza, pero Abel me decía que siguiera trabajando, que estaba solo a un tanto y que, al ser una final, había que darlo todo. Y así lo hice. En algún momento sí que pensé que podía perder, pero me dije que tenía que luchar y que, si me ganaba, que fuera por mérito del rival y no porque yo perdiera el partido.
Lo que está claro es que cambió de estrategia y en el último tramo del partido arriesgó mucho más.
En la recta final veía que peloteando no le hacía mucho daño y empecé a arriesgar un poco más. Algunas veces me salió bien y también hubo algún tanto en el que dominé y acabé bien con la dejada. Me salieron las cosas bastante bien y creo que acerté en hacer ese cambio de chip.
¿De quién fue la idea de arriesgar: suya o de Abel?
De los dos. Abel me dijo desde el principio que, si dominaba y veía el hueco, arriesgara sin pensarlo. Y en la recta final del partido había que hacerlo sí o sí.
Habla del apoyo que le dio su botillero. ¿Qué me dice de la grada?
Tantos mis seguidores como los de Untoria pusieron un ambiente muy bueno en el frontón y me vino bien. Se lo agradezco a todos con toda mi alma.
Sin duda, el mejor momento de cada uno de los tres campeonatos ha llegado cuando ha recibido la txapela de campeón, pero ¿cuáles han sido las situaciones más complicadas?
En el Parejas, por ejemplo, nos clasificamos bastante bien. En la primera fase tuvimos 11 partidos y ganamos ocho. A Cecilio y a mí nos fue bastante bien y tampoco recuerdo ningún momento demasiado difícil. En el mano a mano me acuerdo de la semifinal contra Zabaleta. Fue un partido muy duro. Cuando íbamos 21 iguales, Zabaleta me tenía dominado y el tanto hecho. Estaba casi fuera de la competición. Sin embargo, al final pasé de casualidad y luego gané la txapela. Así suele ser: igual pasas de churro a la final y luego eres campeón. Ese fue el peor momento porque aquella semifinal la tenía casi perdida. Y en el Cuatro y Medio lo pasé muy mal después del primer partido de la liguilla de cuartos de final contra Gorka. Me quedé en 9 tantos y me vi casi fuera del torneo. Tenía que ganar los dos siguientes partidos y había que dar una voltereta grande. Fue sin duda mi peor momento.
¿Qué cualidad o qué circunstancia cree que le ha permitido ganar tres txapelas en 2012?
Hace falta todo: llegar bien a los campeonatos y que te respeten las lesiones, las manos y todo. Y también tener suerte. El año pasado andaba en todos los campeonatos con las manos mal o me pasaba algo, pero esta vez he andado bien. Igual en algún partido he estado más justo, pero en una semana se me pasaba. Sin embargo, en el primer año de profesional me dolían las manos constantemente. En cambio, este año he tenido las manos bastante mejor y creo que también ha influido mucho la confianza que te da el ir ganando partidos y campeonatos.
Hablamos de virtudes, pero con 20 años también tendrá defectos para pulir...
Sí, sí, muchas cosas. En ataque tengo que mejorar el juego de aire y en defensa tengo que hacer los movimientos más rápidos. Me queda mucho por hacer.
Será necesario para el año que viene, ya que tiene plaza asegurada en las dos competiciones individuales de Primera.
Es el otro premio de ganar en Segunda. Jugar con los de Primera es muy importante para probar cómo juego y será importante ver cómo llego a los campeonatos. Me hace mucha ilusión. Intentaré dar guerra y hacerlo lo mejor posible.
¿Le apetece algún rival en especial?
Todos juegan mucho, así que no tengo ninguna preferencia.
¿Y qué me dice del Parejas? Se presenta dentro de una semana y media. ¿Se ve compitiendo con los mejores?
Creo que no entraré. Lo tengo casi descartado. Se ve que están luchando por un puesto Ezkurdia, Julen Retegi, Idoate y Gonzalez, y a lo mejor ahora estoy un paso por detrás de ellos. Es lo que hay. Intentaré jugar cada día mejor y ganarme el puesto, pero en el Parejas no creo que juegue.
¿Es demasiado pronto para usted?
Tal vez y en la empresa (Aspe) hay mucha competencia (no se olvida de Irujo, Xala ni Titín).
Pero le gustaría entrar, ¿no?
Claro que sí. ¿A quién no le gustaría jugar un campeonato de Parejas de Primera? Me haría muchísima ilusión y lo cogería con muchas ganas, pero sé que hay mucha competencia.
Para terminar, tiene la oportunidad de dedicar sus tres txapelas.
Pues lo de siempre, a los de casa y a la familia.Y también para mi abuela, que ha muerto esta semana, y para Abel, que ha estado de botillero en la final del mano a mano y durante todo el Cuatro y Medio.
Rostro de felicidad de Jaunarena con la txapela de campeón del Cuatro y Medio y la copa. Foto: pATXI cASCANTE
sus frases
"Todavía estoy en nube. Piensas que has ganado todo, pero... No sé cómo explicarlo"
"A diferencia del año pasado, he tenido las manos bien y he ganado en confianza"
"Me haría muchísima ilusión jugar el Parejas de Primera, pero no creo que entre"
Mano Cuatro y Medio de Segunda
Jon Jaunarena se prepara en el vestuario del Labrit para disputar la final ante Álvaro Untoria. fotos: @ASPEpelota
Jon Jaunarena posa con sus aficionados y la pancarta que ayer presidió la grada más alta del Labrit.
Jon Jaunarena celebra con su botillero, el también pelotari Abel Barriola, el título que conquistó el sábado.
Las imágenes