ESTABA claro que el partido era más importante para el Baskonia que para el equipo de Mahmuti. El Efes no salió con la mentalidad correcta para luchar por la victoria. Se le notó que tenía la clasificación asegurada. En el segundo tiempo intentó engancharse al partido, pero quitando a Vujavic y a Erdem, el resto de jugadores turcos no tuvieron la intensidad necesaria. Estoy convencido que a Mahmuti le hubiera gustado apear del Top 16 a un equipo de la solera del vitoriano. El partido no pasará a los anales por su brillantez ni su calidad, pero a día de hoy eso queda en un plano secundario. Ahora, tras la derrota del Armani, lo realmente importante es que no depende de nadie para pasar a la siguiente fase, cuando hace apenas dos semanas prácticamente estaba descartado y desahuciado. Del partido se puede hablar de dos puntos fundamentales, el ataque y la defensa. En cuanto al ataque, más que un ataque colectivo con movimientos bien ejecutados y organizados, se basaron en individualidades y en el talento de los jugadores. No hubo excesiva solidaridad entre ellos. Y con ello me refiero a bloqueos bien colocados para que salga el tirador con ventaja, un pase extra a pesar de tener situación de tiro, crear ventaja con el balón en el piso y doblar a un compañero desmarcado, cambiar ángulos de pase o fintas de tiro para meter balones interiores, etc.

En cada momento crucial del partido salió un jugador diferente para mantener o aumentar la diferencia en el marcador. Unas veces fue Nemanja, otras Lampe y otras Heurtel, que desquició al banquillo turco con sus canastas increíbles, y también un poco al banquillo baskonista cuando se jugó balones en los primeros segundos de la posesión cuando lo que pedía el juego era jugar más largo. Al tener mucho acierto en sus tiros, habrá que dárselo por bueno, pero será algo que el cuerpo técnico tendrá que trabajar con él en los siguientes entrenos. Cuando un equipo está tan acertado en ataque como el Caja Laboral, los errores defensivos se disimulan mejor o por lo menos no tienen tanto peso específico. Lo que sucede es que todos los días no se está igual de acertado adelante y por eso muchas veces hay que recurrir a la defensa para hacer olvidar los malos ataques. En defensa la falta de solidaridad fue total. Cada jugador fue por su cuenta y eso se reflejó, con segundas ayudas que no llegaban, rotaciones mal hechas debido al despiste de algún jugador, ni un salto al balón cuando había pase, etc. Hay que hacer entender a los jugadores que debe existir un equilibrio entre defensa y ataque y el objetivo es buscarlo. El próximo viernes espero un Buesa Arena a reventar para animar al equipo contra el Cedevita y disfrutar y sufrir para conseguir la victoria que daría el pase a la siguiente ronda.