gasteiz. Aimar Olaizola volvió ayer al trabajo de frontón en el Ogueta de Gasteiz con Jorge Rico de cara al trascendente partido que le mide a Oinatz Bengoetxea el domingo. El manista de Goizueta se ejercitó "sin problemas" con el delantero de Cenicero, después de no poder ponerse a tope la pasada semana al arrastrar molestias en la espalda por una pequeña contractura.

"Me he quedado a gusto. Lo más importante era hacer una prueba buena. He entrenado normal, no he notado casi ninguna molestia y tengo aún seis días para mejorar. Para la final espero estar bien", declara el puntillero goizuetarra, quien analiza además que "ahora lo más importante es descansar un poco, coger masaje. Hablaré con Iñigo también, tomaré antiinflamatorios y ya me toca mentalizarme para el domingo". Tras una sesión de hora y media de brega continua con Jorge Rico, Olaizola II quedó satisfecho. "Si la semana pasada hizo un entreno más tranquilo porque tenía más miedo, hoy -por ayer- lo he hecho normal, con menos molestias que la semana pasada y ya está todo el trabajo hecho para la final del domingo", aseveró.