quiero pensar que el desastroso primer tiempo que ofreció el Caja Laboral el pasado jueves contra el Armani Jeans se pueda atribuir a la presión de poder quedarse matemáticamente fuera de la competición, por segunda vez consecutiva, a las primeras de cambio. Cuando un equipo necesita hacer el máximo esfuerzo cada noche para buscar o recuperar un nivel de juego acorde a sus posibilidades, es normal que los jugadores tengan miedo a perder. Pero ese temor siempre ha existido y existirá. No sólo les pasa a los jugadores, también a los entrenadores. Hay que saber convivir con la presión y el miedo a perder. Va en el sueldo. Y la fuerza se encuentra en la actitud con que afrontes cada partido, una actitud que te haga dar el máximo de tu esfuerzo. Además, el equipo azulgrana se encontraba en una situación donde no podía ceder. Una derrota significaba la eliminación directa. Es evidente que el Baskonia no es el de antes. Contra otro equipo más sólido habría sido prácticamente imposible remontar el partido. Zan Tabak está intentando construir un equipo en defensa, para luego pensar en el ataque. El preparador baskonista tiene varios problemas: la baja forma física de Nemanja Bjelica, la ausencia de un recambio de garantías en el juego interior, recuperar a Brad Oleson... Pero por encima de todos ellos está la dirección de juego. Es verdad que Heurtel está tomando mucho protagonismo y que con Tabak tiene la continuidad de la que no pudo gozar con Dusko. El francés está aprovechando sus minutos intentando correr a campo abierto, abrir las defensas con su tiro exterior, buscar penetraciones a la mínima que le dejan... Es decir, hace lo que sabe hacer, que es mucho. Pero con todos mis respetos hacia él, no es el tipo de base que necesita en estos momentos el Caja Laboral. En el Baskonia no existe disciplina táctica, una parte esencial para el éxito grupal. Y no quiero decir con esto que la culpa sea exclusivamente de los bases, ya que por encima de la disciplina táctica está la autodisciplina que tiene que tener todo jugador. Otro punto es la creatividad. Heurtel tiene un gran nivel de creatividad. Pero esa creatividad debe estar relacionada con la organización y con los compañeros del equipo. Ser creativo es hacer algo que el resto de tus compañeros lo puedan entender para reaccionar de la forma adecuada. Es la mejor forma de saber dónde está el límite. Contra el Armani hubo unas cuantas acciones que pasaron ese límite. La creatividad y la improvisación son puntos positivos pero siempre y cuando beneficien al grupo. De todas maneras, Heurtel está teniendo la confianza de Tabak, algo que todo jugador necesita para sentirse cómodo en la cancha. Con esta nueva victoria contra el Armani de Scariolo (con jugadores de la mentalidad y capacidad de trabajo de Bourousis, es difícil que Sergio pueda dar más intensidad al equipo) las esperanzas de seguir en la Euroliga se mantienen. La próxima semana en Turquía se jugarán el todo por el todo. Los turcos, ya clasificados, se buscan acabar en lo más alto del grupo. Pero la necesidad que lleva el Caja Laboral debería influir más.