hoy no es un día cualquiera. Cuando una institución como Dusko ha sido destituido nada puede ser igual. Su destitución me ha causado una gran tristeza. Nada volverá a ser como antes. Nos costará un tiempo adaptarnos a su ausencia en el banquillo baskonista. Tengo que reconocer que después de ver la actitud y la imagen del equipo en los últimos partidos era necesario un cambio. Y todos sabemos que en el deporte profesional el entrenador tiene todas las de perder. Aunque en otras épocas de vacas gordas, Josean fue capaz de cambiar a gran parte de la plantilla y mantener su confianza en el trabajo de Ivanovic. Hoy en día, con la crisis, el margen de maniobra es mucho más limitado a pesar de que saben que ciertos jugadores no están rindiendo a su mejor nivel. Dusko ha sido el alma de este equipo y un líder indiscutible no se merecía acabar sus días en Vitoria de esta manera. Tampoco para Josean habrá sido nada fácil comunicarle esta decisión. A pesar de que se rumorease que en los últimos tiempos la relación entre ellos no era tan cercana, la verdad es que Josean siempre ha tenido a Dusko como su entrenador ideal para llevar la nave baskonista. Antes de que se iniciara esta temporada tuvo la oportunidad de irse al Panathinaikos. Si hubiese aceptado la oferta, habría salido del club con todos los honores. Esta claro que desde hace un par de años existía una corriente en contra suya por cierta parte de la afición, donde sus métodos de trabajo y su manera de llevar y dirigir al equipo no eran de su agrado. Un entrenador que no hace mucho tiempo era un dios para el público y que se lo demostraba cada partido en el Buesa Arena con sonoras ovaciones cada vez que salía a la cancha. Un entrenador que se ha ganado por méritos propios un lugar destacado en las salas del Buesa Arena. Un entrenador con el que los jugadores aprendieron a darle más importancia a la mentalización y a la concentración antes de los partidos. A pesar de su fama, muchos jugadores bajo su batuta subieron el caché cuando todavía no eran nadie.Un entrenador con el que el club ganó su primera liga ACB y con el que fue un asiduo en las finales. Un ganador nato. Un entrenador que se le podrán achacar su inflexibilidad, su disciplina espartana o sus ruedas de prensa donde siempre hacía referencia a las mismas cosas. Pero también se le tendrá que agradecer su honestidad, su compromiso con el club. Un trabajador incansable, muy creyente de su metodología.Un entrenador que como todos tiene sus defectos y su margen de mejora. Un entrenador al que le puede venir bien este paréntesis para recapacitar sobre lo que le ha sucedido en los últimos tiempos y buscar respuestas para seguir puliendo su buen trabajo. Se va un grande. Y a todas esas personas que dejaron de creer en él, les diría que no recordaran a Dusko por estas últimas derrotas, sino por toda su trayectoria como baskonista. Y ahí se darán cuenta que Dusko nos ha dado mucho más de lo que hoy pueden pensar. Fue un honor haber podido trabajar contigo. Aquí siempre tendrás a un amigo.