PARÍS. En contra de la edición pasada, dominada por un "expistard" como Bradley Wiggins, el próximo Tour, que comenzará el 29 de junio en Córcega, se ganará cuesta arriba y contará con citas míticas como el ascenso al Mont Ventoux o dos subidas el mismo día al Alpe d'Huez.

Los especialistas en la lucha contra el crono tendrán 65 kilómetros, la mitad de ellos entre montañas, lejos de los 90 kilómetros casi llanos de la pasada edición.

A ellos hay que sumar otros 25 kilómetros cronometrados por equipos.

Por primera vez desde 1966, la primera etapa será totalmente llana, lo que permitirá a un sprinter enfundarse el primer jersey amarillo.

Seguirán otras dos jornadas escarpadas en las montañas corsas antes de aterrizar en el continente, con la contrarreloj por equipos en la ribera marina de Niza.

Tres etapas de transición llevarán al pelotón hasta los Pirineos, que contarán con dos jornadas, una de ellas con final en la estación de Ax 3 Domaines y la otra, con final en bajada y cinco de los míticos puertos de la carrera.

El pelotón se trasladará al noroeste del país para disfrutar del primer día de descanso y, tras una jornada llana, la primera cronometrada individual, 33 kilómetros planos en el entorno del Mont Saint-Michel.

Tres jornadas de transición dejarán a los ciclistas en las faldas del Mont Ventoux, culminación de la etapa del festivo 14 de julio, una larga etapa de 242 kilómetros, totalmente planos, hasta que aparezca el paisaje lunar de la mítica montaña de 20,8 kilómetros al 7,5 % de desnivel.

Tras el segundo descanso y otra jornada de transición desembocarán en la segunda contrarreloj individual, por primera vez a cuatro días del paseo por los Campos Elíseos. En esta ocasión, 32 kilómetros muy escarpados. "La contrarreloj más dura que he preparado", afirma el director de la competición, Jean-François Pescheux.

Faltará todavía la traca final alpina, la más fuerte en esta edición. Comenzarán con un doble ascenso al Alpe d'Huez, seguirá otra etapa con final en bajada en Le Grand-Bornand, tras haber ascendido cinco duros puertos, y la víspera del final con una etapa que concluirá en el inédito Semnoz, 10,7 kilómetros con una pendiente media del 8,5 %.

La fiesta del centésimo Tour se acabará con el tradicional paseo por los Campos Elíseos, en esta ocasión al atardecer, para que el ganador suba al podium cuando el sol ya haya caído y la ciudad de la luz resplandezca en la oscuridad.