una etapa menos. Empieza el descuento para el final en Madrid. La jornada de ayer fue de transición toda vez que el viento no apareció y el día fue más o menos plácido para los favoritos aunque la media fue alta, muy alta.
Es lo que tienen esta clase de etapas, en la que los equipos de los sprinters se afanan en controlar la carrera para situar lo mejor posible a sus velocistas de cara al triunfo. Por una vez, tuvimos sorpresa en el sprint.
Al fin no venció el alemán Degenkolb, que no dejaba de ganar, y se impuso el italiano Benatti en una emocionante volata con Swift, al que batió por milímetros. Fue los más destacado después del subidón del miércoles, que aún está en la retina de muchos aficionados.
Con aquella exhibición, Contador ha dejado decidida la Vuelta salvo sorpresa mayúscula. El pescado, a estas alturas de la prueba, está vendido y en el horno, a punto de ser servido en la mesa.
Incluso el equipo de Contador, el Saxo Bank, no tuvo que trabajar durante la jornada porque lo hicieron el RadioShack, Argos y Sky. Mejor imposible para los intereses del madrileño.
En lo que queda hasta la caída del telón de la Vuelta, sólo se aprecia la Bola del Mundo como lugar propicio para los ataques, aunque, sinceramente, no creo que nada se mueva ya en el podio.
Hoy la etapa puede dar más juego que la de ayer porque el recorrido es más pestoso y eso dificulta el control del pelotón sobre los posibles aventureros. Eso siempre da opciones a que se puedan producir escapadas y me da la impresión de que habrá leña desde el principio, desde que arranque la carrera.
Todavía hay varios equipos que no saben lo que es levantar los brazos y celebrar un triunfo en esta Vuelta y las posibilidades son escasas. Más sí cabe si la llegada a la Bola del Mundo parece acotada para los más fuertes de la carrera.