Oviedo. Iker Casillas y Xavi Hernández fueron galardonados ayer con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2012 por, según explicó el jurado, "ser un modelo de deportividad y compañerismo por encima de las rivalidades de sus respectivos equipos y aficiones". El portero del Real Madrid y el centrocampista del Fútbol Club Barcelona, al parecer, suponen mejor ejemplo en esa faceta que los deportistas paralímpicos, la otra candidatura finalista, o merecían más volver a recibir el premio que ya se les concedió cuando ganaron el Mundial de Sudáfrica, hace dos años, que otros candidatos ilustres a escala internacional como Michael Phelps, el hombre que más medallas de oro acumula en la historia de los Juegos Olímpicos, o Usain Bolt, un tipo capacitado para romper todos los registros en el atletismo. El Premio Príncipe de Asturias, otrora prestigioso galardón concedido a figuras del deporte de la talla de Sergei Bubka, Carl Lewis, Sebastian Coe o Severiano Ballesteros, cedió ayer parte de su credibilidad al premiar por segunda vez en un lapso tan corto de tiempo a los componentes de la selección española de fútbol, por mucho que los méritos del equipo que ahora dirige Vicente del Bosque resulten imposibles de cuestionar.

El jurado, presidido por la extenista Arantxa Sánchez Vicario -ganadora en su día de este premio-, considera que los dos jugadores "simbolizan los valores de amistad y el compañerismo más allá de la máxima rivalidad de sus respectivos equipos" y que "su comportamiento deportivo es un modelo para los jóvenes". En los 26 años de historia de los Premios Príncipe de Asturias, en cualquier caso, Casillas y Xavi son los primeros que repiten como galardonados.

El acta del jurado añade que "ambos, que han conseguido los títulos más importantes con sus clubes y la selección española, son un ejemplo de juego limpio que es admirado por todos" y que "juntos han mostrado una actitud conciliadora que ha limado las tradicionales diferencias entre jugadores y aficiones". "Iker y Xavi mantienen una estrecha amistad desde que ganaron con la selección el mundial sub'20 de Nigeria en 1999 y el paso del tiempo ha fortalecido esa relación por encima de los enfrentamientos y pasiones", concluía la explicación del jurado.

Los dos jugadores conocieron la noticia en la concentración de la selección española en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas y ambos quisieron resaltar que el premio es un reconocimiento no sólo a ellos, sino a la actual generación de futbolistas españoles. Lo cual, de hecho, no hace más que incrementar la idea de que se está premiando por segunda vez en apenas dos años de nuevo a la selección.

"Tenemos una relación de hace mucho tiempo. Somos la cabeza visible pero hay muchos jugadores detrás que en su día supieron limar ciertas cosas que sucedieron", manifestó Casillas. "El premio es un reconocimiento a nuestra labor, a nuestra generación de futbolistas, a una relación de amistad. Llevamos quince años coincidiendo en la selección española, tanto en categorías inferiores como en la absoluta", comentó, por su parte, Xavi.

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, que fue quien propuso la candidatura conjunta distinguida ayer, también celebró la decisión del jurado. El suizo aseveró que el premio es "muy merecido para estos dos grandes jugadores, que son además un ejemplo para la juventud dentro y fuera del campo de juego".

Un total de 21 candidaturas de 12 países aspiraban al galardón, entre las que figuran la del triatleta español Javier Gómez Noya, el Maratón de Nueva York, la exatleta keniana Tegla Chepkite Loroupe, el Fútbol Club Barcelona, la Fundación Real Madrid, el surfista estadounidense Robert Kelly Slater, el alpinista italiano Reinhold Messner y el Grupo de Cultura Covadonga de Gijón.

Juan Antonio Samaranch Salisachs, miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), la presidenta de la Federación Internacional de Triatlón y también miembro del COI, Marisol Casado, y el exfutbolista asturiano Enrique Castro Quini forman parte de este jurado de 19 miembros que ha adoptado una decisión que puede dañar la imagen de un premio otrora de relevancia mundial.