ancares. Joaquim Rodríguez llega a meta envuelto en su traje rojo reluciente y cuando se seca el sudor y coge aire para hablar, explica en cada pregunta que la clave en esta Vuelta y, sobre todo, en la pelea con Contador, es saber regular, no precipitarse y conocer los límites de cada uno. En Ancares, Purito no se subió a ninguno de los ataques tremendos del madrileño. Prefirió seguir a su ritmo y esperar a que llegase su distancia. A mil metros de meta, se quitó el corsé, despegó y aplastó a su rival de Pinto. Luego, contó lo importante que es correr con la cabeza.

A eso mismo se refiere luego Antón cuando llega a Ancares tras una agonía, dice, de ciento y pico kilómetros. "Ha habido mucha pelea, se ha hecho mucha media y desde salida he notado que no iba bien, que las piernas me dolían. Ha sido un día bestial", dijo Antón, que es cierto que sufrió, subió Ancares en el alambre, agarrado a la cola del grupo, y se descolgó con el primer ataque de Contador a tres y medio de meta. En ese terreno perdió 56 segundos con Purito, fue séptimo y, de lo malo, metió tiempo a algunos de sus rivales en la lucha por un buen puesto en la general. Perdió 21'' con Dani Moreno y 12 con el sorprendente Talansky, un americano del Garmin de 23 años, pero arañó 8'' a Laurens Tem Dam, 21 a Nicolas Roche y, sobre todo, un minuto a Gesink, que se quedó antes incluso de que Contador arrancara la moto.

Es la clasificación que mira Antón al llegar al hotel, lo que tiene en la cabeza: la general. Etapas, repite desde que salió de Iruñea, ya tiene cuatro y busca un reto diferente que le permita conocer su verdadero límite. Ahora es décimo y tiene a Gesink, el sexto, a algo más de dos minutos cuando quedan los Lagos de Covadonga, hoy, y, mañana, Cuitu Negru. Luego, la Bola del Mundo tendrá la última palabra. ¿Llegará Antón hasta donde quiere? "Soy optimista pero es complicado. Me gustaría poder subir hasta el séptimo o el octavo. Eso sería bueno, pero para eso tengo que estar un poco mejor. A ver hasta dónde llego".

Para eso sufre el galdakoztarra y se niega a desconectar, levantar el pie y pensar en otra cosa. "No estoy para ataques, sino para aguantar aunque sea tirando de casta. Aprieto todos los días y regulo. Noto que me falta algo para estar un poco más arriba, pero mal del todo no estoy. Me falta un punto, eso es todo. Y por eso tengo mis días buenos y mis días malos". Hoy, en los Lagos de Covadonga, el puerto que no subió hace dos años porque la víspera se cayó a los pies de Peñacabarga cuando iba líder, espera uno de los buenos.

A por una etapa Mientras Antón se debate en su lucha interna por escalar posiciones en la general, Álvaro González de Galdeano ha abierto el abanico de Euskaltel en busca de otros objetivos. Piensa en conquistar una etapa con cualquier otro ciclista. Por eso metió el jueves en la fuga camino de Ézaro a Astarloza. Por lo mismo que coló ayer a Txurruka en el grupo al que no dio ventaja Contador. Tiene más opciones el director alavés. La de Verdugo, por ejemplo, que está pletórico, en Ancares llegó a 1:17 de Purito y es 16º en la general, un puesto por delante de Intxausti, que sufrió.