Recubierta de una espesa e interminable capa blanca. Habitada de animales de aspecto místico como el narval, ese cetáceo unicorniado, o de otros de retribuida elegancia como la beluga, el esturión madre del mejor caviar. Sobre estas tierras inmaculadas y acompañados por los hombres de la persistente raza Inuit -una de las dos etnias esquimales junto a los yupik-, Iker y Eneko Pou han encarado su enésimo desafío. Otro reto de altura, como es costumbre, acatado en otro paraje sin igual, como también es ya preceptivo en las expediciones instigadas por estos dos alaveses.
En esta ocasión esta afirmación es susceptible de matiz. El austríaco Hansjörg Auer lideró el viaje acompañado por los Pou y secundado por un grupo de escaladores que no accedieron a estas paredes: el escalador Ben Lepesant (Luxemburgo), Ricky Felderer (Italia), Matteo Moccelin (Italia) -ambos cámaras- y William Peterson (Estados Unidos) que hacía las labores de cazador y cocinero. La versatilidad es una característica más que apreciable en estas situaciones. Juntos lograron abrir cuatro nuevas vías de escalada en la inexplorada Baffin Island, una isla perteneciente a Canadá y ubicada en el Círculo Polar Ártico que se cuenta como la quinta más grande del mundo.
Una vez aterrizados, la expedición tomó rumbo hacia Perfect Valley. Baffin es tierra de minería, turismo y pesca, actividades complementadas en los últimos tiempos por la ciencia que ha encontrado en la isla un buen enclave donde llevar a cabo investigaciones varias acerca de su climatología, fauna y flora. En muchos casos sobre las de todo el planeta, ya que estas zonas gélidas conservan, evidentemente, múltiples muestras almacenadas de forma natural para estudios posteriores debido al inquebrantable estuche que genera el hielo.
El blanco se extiende hasta el infinito como demuestran los curiosos lugareños. "¿Hay árboles en tu casa?", fue interrogado Eneko al poco de su desembarco. Un adolescente con influencias occidentales, al menos en su vestimenta tal y como relatan los Pou en su blog, era el emisor de la ingenua pregunta. "Claro, tenemos un montón de árboles, de tipos muy diferentes", contestó Eneko mientras ojeaba un libro con la fauna y la flora local. "¡Qué suerte!, yo nunca he visto uno de verdad, solo en la tele o en alguna foto", replicó el joven. La expedición comenzaba a atisbar lo agreste de la zona que pretendían desvirgar desde sus vertientes rocosas.
'The door'
Primer 8b que se abre en el Ártico
No obstante, el final de este cuento sería feliz. La expedición logró abrir cuatro nuevas vías de escalada libre en esta inhóspita zona. De entre ellas merece especial mención The Door, calificada por el propio grupo como 8b y que, a partir de entonces, se ha convertido en la propuesta de escalada en libre más difícil del Ártico. Conviene señalar que la isla de Baffin es, de un tiempo a esta parte, precisamente por sus virginales características, un destino recurrido por montañeros con ansias de aventuras salpicadas de sensaciones fuertes. Pese a todo, Auer explicaba la dificultad que supone este enclave: "La escalada libre en la costa este de Baffin Island no es común. Hay tres problemas fundamentales. La calidad de la roca no siempre es buena y muchas paredes no pueden subirse en libre. El campo base es otro problema. Los meses de junio y julio son los perfectos por la combinación de las temperaturas pero no te permiten montarlo sobre hielo y esto te obliga a estar allí durante esos meses. Y por último, el agua. Hay muchos picos cubiertos de hielo y las chorreras caen en la línea más directa que encuentran".
El mal tiempo fue el culpable de que el grupo pasara 22 días hasta iniciar la ascensión. La expedición bautizó como Belly Tower a la primera pared que comenzaron a escalar. "En la primera oportunidad, estaba quedando una buena vía, con largos de mucha calidad y muy mantenidos. Abrimos catorce en cuatro días de escalada. Uno de ellos, The Door, iba a ser la clave de la vía", contaba Eneko. En el tercer intento, Iker y posteriormente Hansjörg lograron completar el primer recorrido de esa dificultad que se abre en el Ártico.
Tras ellas, Hotel Gina, Hotel Mónica y Levi is coming -en honor al guía que fue a recogerles del campamento base-, cerraron la terna de vías abiertas por los Pou y Auer junto al grupo que les acompañaba.