Andorra. "Eres un máquina", le dice Purito, que es líder, a Valverde, que no lo es por aquel asunto de la caída en los abanicos y el tiempo que se dejó luego en Valdezcaray, aunque ayer curó parte de aquella herida en la Collada de la Gallina, un puerto corto, duro y nuevo para la Vuelta, pero que es como el pasillo de la casa de Joaquim Rodríguez. Antes de bajar a Iruñea para iniciar la carrera española lo subió una docena de veces durante el mes que estuvo concentrado con algunos de sus compañeros de equipo en Andorra. En los años que lleva viviendo allí, ni sabe cuántas. "Muchas, es el puerto que utilizo para hacer mis test cuando estoy bien". Su corral. Llegó allí de gallo, la cresta roja, o el maillot, y así salió. Líder. Pero no gallo. O no el más gallo. Ese fue Valverde. Los dos se liaron a picotazos en 250 metros finales bestiales en los que atraparon a Contador, que iba por delante, y soltaron a Froome, que perdió 15''. La etapa, tras desplumar a Purito y al madrileño a 25 metros, fue para el murciano, el más gallo.
Fue el último zarpazo de una etapa vertiginosa. Se inició con 80 kilómetros de locura en la que los ciclistas, desesperados, acabaron rogando a gritos que se parara. Clemencia. No la hubo. Volaron. Más de 42 de media. Buffaz, Keizer, Meyer, Ramírez Abeja y el irredento Aramendía, corrieron todo el día por delante. El pelotón, sin piedad, por detrás. Achuchaba el Sky. Con Flecha, Zandio y el bruto Stannard primero y, después, con Porte y Urán en las primeras rampas de la Gallina, el primer puerto serio de la Vuelta. Al ritmo alegre del colombiano comenzó a desmigarse el grupo. Y a quedarse Cobo, el campeón vigente que no reeditará su título. Perdió 5:18 y la rueda de la general.
Froome, hasta el límite Su rival hace un año, un tal Froome, va a por ella. Viene del Tour, de los Juegos, de dos meses a tope y quiere aprovechar el impulso antes de que sus piernas se llenen de plomo, pesen y le claven al asfalto, si es que eso llega. Así que Henao, fundido Urán, imprimió carácter colombiano al asalto a la Gallina. Subían al límite.
Unos más que otros. Lo vio Valverde, que en un vistazo rápido entendió que los gestos de Gesink y alguno más no eran de frescura. Que resoplaban. Que, sí, se les veía en los ojos, en la manera de torcer el cuerpo, en las arrugas de la cara, sufrían. A 3 kilómetros, el murciano, atacó. "Para ver qué pasaba".
Pasó que se quedaron cuatro. Los cuatro gallos. El murciano, Froome, Contador y Purito. Más Dani Moreno, el guardaespaldas del líder. Y a unos metros, Antón, liberado de la tensión del llano, del calor, que le amilanan, feliz en la montaña, donde mejor se expresa su delgado cuerpo de escalador. Con él subió Intxausti, resucitado tras el mal día de Valdezcaray en el que pudo vestirse de líder y acabó perdiendo tres minutos. Los dos escaladores vizcainos se dejaron al final poco más de medio minuto. Ambos prometen algo bueno para el tramo final de la Vuelta.
A Valverde le bastó con lo que comprobó tras el ataque y a partir de entonces decidió meterse en el bolsillo de Purito. "Sabía que él lo conocía bien". Así que se dijo: "Yo con Purito". Ninguno de los dos respondió al ataque duro de Froome, que se llevó a rueda a Contador, se detuvo unos instantes, dudó, miró a un lado y a otro y dejó que les atraparan. Volvió a lanzarse el inglés a 2 kilómetros de meta y esta vez, serio, duro, fuerte, impresionante, abrió un buen trecho con el líder y su sombra murciana. A Contador, de todas maneras, no se lo quitó de encima.
Ataque de Contador Froome se giró una vez y le preguntó al madrileño. "¿Tirás?". O algo así. La respuesta, en todo caso, fue que no. Los dos tenían una buena ventaja. Unos segundos interesantes. ¿Se iban a por la Vuelta? "¡Qué va!", contó luego Valverde. "Le he preguntado a Purito y él me ha dicho que estuviera tranquilo, que sabía qué terreno pisaba y que a ese ritmo no podían seguir hasta arriba". Así fue.
Los cuatro, sin Dani Moreno, se juntaron antes del último kilómetro. Antes, también, del enésimo ataque de Froome, a tope de revoluciones, pero menos demoledor que los anteriores. El acelerón sirvió de catapulta para el único acelerón de Contador. Uno potente, un misil que impactó directamente en el cuerpito frágil, blanco y agotado del keniano, que se sentó y tuvo que dejar marchar al madrileño. Purito y Valverde se quedaron bajo su alargada sombra, agazapados.
Jugaban. A eso de la guerra de los nervios. A lo de la sangre fría. "Sabía que el primero que arrancara perdía", reconoció luego el líder. "Pero yo tenía que pensar también en la general, así que…". Perdió Purito. Se calentó. Lanzó el sprint a 250 metros. A por Contador, que no necesitaba girar la cabeza para saber que venían a por él, que se lo comían. "Pero no podía hacer nada y estaba centrado en sacar tiempo a Froome". Su meta, insiste, es Madrid. El inglés estaba clavado y vio impotente el vuelo de Joaquim y Valverde. A 50 metros, en la curva, el murciano salió de la aspiración del catalán y las dos aplastaron a Contador en los 25 metros finales. Primero, Valverde, que hace seis años, en la subida al Morredero, ganó de una manera idéntica al merendarse a Vinokourov en los 200 metros finales. Entonces, era líder de la Vuelta. Ahora lo sería de no ser por la caída camino de Valdezcaray y sus 55 segundos de consecuencia. "Las cosas son así", se resignó luego; "pero no voy a desistir. Sigo aquí, he ganado dos etapas y estoy bien, aunque hay que tener en cuenta que de los cuatro soy el que más he corrido, el que más se ha castigado este año y el que más tiempo ha estado parado -por la sanción- antes de volver a correr esta temporada". De ahí las dudas sobre el límite de su cuerpo.
Esa misma incertidumbre persigue a Froome, cuya debilidad en los últimos 700 metros de la subida a la Gallina en los que se dejó 15 segundos fue entendida por muchos como el principio de su declive físico. ¿Aguantará mucho más? "También esa duda la tengo yo", reconoció el inglés. "Es la primera vez que hago dos grandes a tope y tan seguidas. Es una nueva experiencia de la que estoy aprendiendo". Ayer aprendió que Purito es un líder vivo que le saca ya 33 segundos en la general, 40 a Contador y 50 a Valverde, que ayer fue el más gallo.