GASTEIZ. Pablo Prigioni ha convocado a los medios de comunicación para despedirse y ha querido dar las gracias a Vitoria, ciudad en la que ha vivido los últimos años, a la afición, y al club, especialmente al entrenador Dusko Ivanovic y al presidente del equipo, Josean Querejeta, por la total confianza que han depositado en él.

En referencia al Caja Laboral, Prigioni ha dicho que para él "este club lo es todo" y ha asegurado que será un "aficionado más en la distancia".

Se lleva consigo todos los momentos, buenos y malos, que le han ayudado a crecer como persona y como jugador.

Después de dos temporadas en el Real Madrid, el argentino volvió al club vitoriano el año pasado, y tenía pensado seguir jugando en el Caja Laboral hasta que le llegó la oferta de los Knicks.

Según Prigioni, ha sido una decisión difícil, porque el último año ha jugado a un nivel muy alto y con mucho apoyo de Ivanovic.

Ha dicho que lo más sencillo era continuar en Vitoria pero no quiere arrepentirse en un futuro de desaprovechar una oportunidad única en su carrera, una posibilidad que "el destino" le puso en el camino.

Prigioni, que tomó la decisión después de que el equipo neoyorquino mostrara un serio interés por él, llega a los Knicks con peores condiciones de las que hubiera disfrutado en caso de seguir en el Caja Laboral, tanto económicamente como deportivamente.

En el aspecto deportivo, el base es consciente de no será fácil llegar a un equipo en el que tiene que luchar por conseguir minutos en la cancha y ha dicho que intentará ser competitivo y estar preparado para cuando le necesiten.

También se ha referido a la diferente forma de jugar entre la NBA y las ligas de Europa, pero Prigioni cree que necesitará un tiempo para la adaptación, que intentará acortar todo lo posible.

Prigioni estaba tan convencido de que iba a seguir en el Baskonia, que le da pena irse por Andrés Nocioni, compañero y amigo íntimo del argentino con el que se imaginaba seguir jugando y al que siente que ha fallado "un poquito".

A sus 35 años, Prigioni ve que el final de su trayectoria deportiva está cerca aunque ha declarado que no puede asegurar que el año firmado con los Knicks sea el último de su carrera, y no ha descartado volver a Europa, incluso a entrenar al Caja Laboral en un futuro.

Por último, se ha referido a la desilusión y tristeza que sufrió la selección argentina en los Juegos Olímpicos de Londres cuando perdió la medalla de bronce contra Rusia.