Si las finales de hoy (desde las 10.38 horas) se asemejan en algo a lo acontecido ayer en el idílico complejo de Eton Dorney, al oeste de Londres, donde David Cal alcanzó la plata, preparen el cronómetro y la foto-finish. Saúl Craviotto, Alfonso Benavides y Teresa Portela compiten con serias posibilidades de engordar el medallero de la delegación española después de clasificarse en sus respectivas modalidades demostrando gran autoridad y mejores sensaciones. El primero en amarrar el pasaporte para la pugna por los metales fue el catalán Craviottto, de 27 años, en K1-200 metros, tras concluir su semifinal solo por detrás de Mark de Jonge, que le venció por apenas dos milésimas. Benavides, de 21 años, complicó el triunfo en C1-200 al favorito, el ruso Ivan Shytl, que solo pudo batirle en los últimos 50 metros de la prueba. El balear arrancó con una cadencia de paladas superior pero su oponente le fue recortando distancias pasado el ecuador y se impuso con un tiempo de 40,346 por delante del mallorquín (40,619). La tercera pata la protagonizó la palista gallega, de 30 años, que disputará también la final de K1-200 tras ser segunda en la antesala (40,898) por detrás de la australiana Lisa Carrington (40,528), que le arrebató la victoria parcial en el sprint.
"La gente da por hecha la medalla pero aún hay que ganarla. Además los 200 metros es una modalidad distinta, voy solo, la distancia es menor y hace poco que compito en ella. Habrá que lucharla y será difícil", explicó Craviotto. Según Benavides, "no noté los nervios, me encuentro bien y tengo los brazos bien. Saldré a morderlos a todos". Por su parte, Portela manifestó que tendrá "rivales muy fuertes. Era muy difícil estar ahí, pero confío en mi trabajo y en mis opciones. Intentaré concentrarme en hacer mi carrera y terminar lo mejor posible". Como sucedió a comienzos de los Juegos en las competiciones de aguas bravas en el Lee Valley White Water Centre, al norte de la ciudad, el piragüismo volvió a responder a la buena reputación que le precedía.