El pertiguista estatal consiguió el pase a la final con una marca de 5,50, con la que se quedó a diez centímetros de su marca personal. Si bien el atleta no obtuvo la mínima necesaria para acceder directamente a la final, el hecho de haber saltado 5,50 en su primer intento le otorgó la plaza de finalista. La delegación española no tenía un representante en la final de salto con pértiga desde los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, en los que el vizcaíno Montxu Miranda concluyó en novena posición.