Los Juegos Olímpicos, la competición deportiva por excelencia, tan mundial, tan global, hicieron coincidir en un mismo día a dos mujeres árabes que entraron en la historia de la cita olímpica por representar a dos países que nunca antes habían tenido competidoras femenina en unos Juegos. Primero lo hizo Wojdan Shaherkani de Arabia Saudí; luego llegaría el turno de la catarí Noor Hussain Al-Malki. La fortuna les fue esquiva a las dos deportistas, que cayeron eliminadas a las primeras de cambio y sin ningún tipo de opción de continuar en la competición.
De creencias religiosas muy arraigadas, la judoka Shaherkani saltó al tatami para luchar contra la historia. También contra la lógica. Lo hizo ataviada con un hijab que le cubría la cabeza para respetar la "sensibilidad cultural musulmana", pero ni con esas pudo superar a la puertorriqueña Melissa Mojica en la categoría de +78 kilos.
Shaherkani, que junto con a la atleta Sarah Attar (800 metros) son las primeras mujeres convocadas en la delegación olímpica de Arabia Saudí, estuvo a punto de no participar en los Juegos Olímpicos como consecuencia de la prohibición de la Federación Internacional de Judo (IJF) de competir con hijab. Sin embargo, tras las negociaciones entre el Comité Olímpico Internacional (COI), la IJF y la delegación saudí, la joven judoka de 16 años, que recibió una invitación especial para participar en Londres 2012, pudo salir a luchar.
Como si de una heroína se tratase, la competidora saudí se llevó una atronadora ovación cuando por la megafonía del Excel Arena fue presentada como la primera mujer de Arabia Saudí en competir en unos JJOO El público, que dejó a un lado los méritos deportivos, se rindió ante Wojdan Shaherkani antes de que diera inicio su andadura en la cita olímpica.
La saudí, que solo tiene cinturón azul -dos niveles por debajo del negro- y hace dos años que practica este deporte, no fue rival para la experimentada judoca puertorriqueña. Claudicó ante Mojica, que se deshizo de ella en el primer ataque que hizo al minuto de combate. Hasta entonces, las dos judokas se tantearon por encima el tatami, la saudí sin atreverse a actuar y la puertorriqueña esperando su oportunidad para, con delicadeza por la falta de experiencia de Shaherkani, marcar un ippon que le diese la victoria.
Noor Hussain, sin suerte El otro estreno árabe de la jornada de ayer, el de Noor Hussain Al-Malki, la primera mujer de Catar en competir en unos Juegos Olímpicos, no fue mucho mejor que la de la saudí, pues no pudo ni siquiera terminar su carrera de 100 metros. Un tirón a los diez metros de la prueba le hizo retirarse entre lágrimas.
Con el pelo cubierto por un pañuelo con los colores de la bandera catarí, Noor Hussain partía por la calle tres, pero su competición duró escasamente diez metros. La deportista asiática sintió un pinchazo en la parte posterior del muslo derecho y tuvo que detenerse. Desconsolada, quedó sentada en la pista mientras sus rivales se jugaban la clasificación hasta que fue retirada en una silla de ruedas. Para la catarí, de 17 años, representar a su país era una cuestión de orgullo y su objetivo era mejorar su marca personal para que su nación se sintiera orgullosa de ella.