La final del concurso completo de gimnasia artística no se decidió hasta el último momento. Las caras de Gabrielle Douglas y la rusa Viktoria Komova, mientras esperaban la última puntuación de esta última, reflejaban la tensión y la igualdad con la que se había vivido la prueba. Al final, la rusa se quedó a dos decimas y la estadounidense se llevó, a sus 16 años, su segundo oro en estos Juegos, tras el conseguido el pasado martes en el concurso por equipos.

La final femenina se preveia muy igualada y cualquier fallo podía dejar fuera de la lucha por el oro a cualquiera. Las dos estadounidenses, Gabrielle Douglas y Alexandra Raisman, y las dos rusas, Viktoria Komova y Aliya Mustafina se colocaron en los primeros puestos desde la primera rotación.

Las cuatro favoritas estaban en la lucha por el oro desde el primer momento. Entonces, en la segunda rotación, en las barras asímetricas, Raismann cometió varios errores que hicieron que su puntuación bajase y que sus rivales le sacaran ya un punto de diferencia. Mientrás las dos rusas, segunda y tercera antes de este aparato, comenzaron a recortar diferencia respecto a Douglas y ambas consiguieron las mejores notas del día en las asimétricas. Mustafina logró superar los 16 puntos y Komova hizo un 15, 9.

La siguiente en caer en la lucha pr el título fue Mustafina. La rusa realizaba un más que correcto ejercicio en la barra de equilibrio, pero a la hora de salir, midió mal el salto y perdió el equilibrio. Este error hizo que su marca no superara la barrera de los 14 puntos yle descartó completamente. Por otra parte, el error de la gimnasta moscovita hizo soñar a Raisman por el bronce.

A partir de ahí, solo Komova y Douglas luchaban por el oro olímpico. Ninguna de las dos falló y llegaron a la última rotación separadas por solamente tres decimas. El suelo decidiría la ganadora del concurso individual. La primera en salir fue Douglas, la estadounidense realizó un ejercicio correcto e intentó asegurar la nota si arriesgar demasiado.

Finalmente Douglas consiguió una nota de 15,033, por lo que Komova necesitaba realizar un aparato casi perfecto. La rusa no falló y puso en manos de los jueces la decisión final. Todas las gimnastas y el público que llenaba el North Greenwich Arena miraban expectantes al marcador a la espera de saber quien sería la nueva campeona olímpica. Entonces apareció la nota, 15,1. Douglas y Komova rompían a llorar, la primera de ellas de felicidad y la segunda de tristeza, sabía que se habúa quedado unicamente a dos decimas de la medalla de oro.

Mientras, la lucha por el bronce más igualada todavía que la del oro. En la última rotación Mustafina aventajaba en medio punto a Raismann, pero la rusa volvió a fallar y las esperanzas por el bronce volvieron para la estadounidense. Sin embargo, ambas gimnastas tenían la misma puntuación total, claro ejmplo de la igualdad de esta final, y en ese caso se descarta la peor nota lograda en cualquiera de los aparatos, lo que dio el bronce a Mustafina. Este criterio de desempate se aplica por primera vez en unos Juegos, tras las quejas realizadas en Pekín por la actual campeona olímpica, la estadounidense de origen sovietico Nastia Liukin.

Gabrielle Douglas entra en la historia al ser la primera gimnasta de raza negra en convertirse en campeona olímpica. La estadounidense suma este oro a los dos que ya tiene, el campeonato del mundo logrado el año pasado en Tokioy el del martes en el concurso completo, ambos por equipos.

La decepción del día volvieron a ser las gimnastas chinas. Linlin Deng y Qiushuang Huang llegaban con la intención de quitarse la espina del concurso completo por equipos, donde China acabó cuarta. Sin embargo, las asiáticas volvieron a rendir por debajo de lo esperado y se quedaron muy lejos del podio.