LONDRES. Algo de razón, o toda, llevaba Castroviejo cuando la víspera de la crono hablaba de que, pese a la carga de moral que supuso su gran actuación en la prueba en línea, los corredores que habían corrido el Tour llegaban con una marcha más, una ventaja. Así que no se sorprendió el vizcaino ni por el triunfo de Wiggins, ni por los inquilinos del podio, ni por la gente que estuvo por delante de su noveno puesto. "En una prueba en línea puede haber alguna sorpresa, pero en una contrarreloj, al final gana el más fuerte. La gente del Tour tiene ventaja en eso. Han pasado solo ocho o nueve días desde la última crono y no podía haber muchas sorpresas", dijo Castroviejo, que calificó su resultado como bueno, en la línea del objetivo que se había marcado cuando desembarcó en los Juegos cargado con una mochila de dudas, pues la llamada del seleccionador José Luis de Santos para ocupar la plaza que dejaba vacante Samuel Sánchez le llegó apenas cinco día antes de viajar a Londres. Estaba en Sierra Nevada, en altitud, preparando la Vuelta a España, su estreno en una grande, y ni siquiera tenía consigo la bicicleta de contrarreloj, que había aparcado durante una temporada.
Por eso, seguramente, entró en meta, giró el cuello para ver su tiempo y sacó un puño de orgullo al ver que era, en ese momento, el mejor de todos. Ahí, primero, oro, estuvo instalado un buen rato, hasta que su registro lo tumbó Michael Rogers, el gregario australiano de Wiggins en el Tour. Luego, fue descendiendo hasta la novena plaza, dentro del objetivo de los diez mejores que se había marcado, un peldaño más arriba tras su undécimo puesto en el pasado Mundial de Coopenhague y a una pedalada del diploma olímpico que la víspera había calificado como un logro "de la leche".
Armstrong, madre feliz En cuatro años cabe una vida. Entre Pekín y Londres, Kristin Armstrong alumbró una. Tras el oro en la crono de los Juegos de 2008, la estadounidense dejó la bicicleta para ser madre y, dedicada en cuerpo y alma a su pequeño, no regresó al ciclismo hasta el año pasado. Como si no hubiese pasado ni un solo día desde su éxito en Pekín, ayer volvió a dominar la crono por delante de Judith Arndt y Olga Zabelinskaya.